Contenedores de superficie
Este sistema es el que se desarrolla de forma más habitual. Consiste en ubicar en la vía pública contenedores de diferente tipología, dependiendo de las características de la fracción a recoger y del urbanismo de la zona. Para aportar los residuos separados en origen, los ciudadanos deben desplazarse a los puntos de recogida más o menos cercanos y agrupados por fracciones. Estos contenedores son vaciados por los correspondientes servicios de recogida siguiendo unos horarios y frecuencias adaptadas a los niveles de llenado de los receptáculos, según la generación de cada fracción y en algunos casos también en función de las características del propio material (olores en el caso de la fracción orgánica de recogida separada (FORS).
Contenedores soterrados
La recogida separada en contenedores soterrados consiste en ubicar los contenedores bajo el nivel del suelo de manera que únicamente queda en superficie el buzón a través del cual se depositan los residuos y la tapa que se debe abrir para elevar el receptáculo interno. La instalación de los contenedores soterrados supone realizar obra civil en la vía pública. Existen numerosos modelos de contenedores soterrados que se diferencian básicamente por la tipología de receptáculo utilizado, el diseño de los buzones y por el sistema de elevación (elevación por pluma o sistema hidráulico para elevar la tapa y/o el receptáculo).
Normalmente los contenedores son de gran volumen (habitualmente de 3.000L o 5.000L, aunque también dependiendo del sistema de elevación, se pueden incorporar contenedores de ruedas en su interior equivalentes a los de superficie. Adicionalmente, existe un sistema de contenedores semi-soterrados para los que parte del receptáculo se encuentra bajo el nivel del suelo y por tanto permite también disponer de grandes capacidades.