Jornada Temática I : "Los Fondos Estructurales, el Fondo de Cohesión y el Medio Ambiente". Santander. Mayo de 1998

6. Política comunitaria e IFOP

Antonio Gutiérrez González

Dirección General de pesca (DG XIV)

Comisión Europea

La política pesquera, junto con la agrícola, son las dos únicas políticas comunes de la Unión Europea. Eso significa que la actuación de la Comisión va directamente a todo ciudadano de la Unión Europea. Nuestros Reglamentos son de aplicación directa en todo el territorio de la Unión Europea. Y nuestra política común pesquera contribuye a la realización de los Artículos 39 y 130 del Tratado.

El sector pesquero y su relación con el medio ambiente tiene dos aspectos que podemos diferenciar de la siguiente manera. Por una parte es un sujeto activo y dinámico. Es decir, la actuación del sector pesquero sobre un medio marino, en general frágil, sensible a la actuación humana y con connotaciones económicas, puede alterar los equilibrios medioambientales o el ecosistema de ciertas zonas del globo. Y el otro aspecto del sector pesquero es que, a su vez, es un sujeto pasivo de la contaminación marina. Esto quiere decir que tenemos que padecer la contaminación marina en sí misma y una gran parte de la contaminación terrestre que, de una u otra manera, acaba en el mar afectando al nivel de los recursos marinos.

Hay que recordar que la mayor parte de las especies marinas se reproducen muy cerca de la costa y, particularmente, en zonas muy frágiles, como son los deltas de los ríos o zonas húmedas que, a su vez, en su largo recorrido, aportan una buena cantidad de contaminación procedente de la actividad industrial o agraria que tiene lugar en el curso superior de estos ríos. Es decir, que el sector pesquero, por una parte, es un agente polucionante y, por otra parte un sujeto pasivo que sufre, precisamente, de la polución en un medio donde desarrolla su actividad, como es el medio marino.

Analizaremos qué hemos hecho, qué deberíamos haber hecho y qué vamos a hacer en el futuro. En su día, cuando se adoptó la colaboración actual durante el período 1994 a 1999, las autoridades medioambientales estaban, en general, ausentes de todo ese proceso. Ha habido algunas llamadas y alguna insistencia de la Comisión en el sentido de pedir que se aplicaran las políticas medioambientales. Pero hay que decir que no participaron activamente en esta fase de programación, por lo menos en lo que nos toca al sector pesquero.

Sin embargo, esta sensibilización del sector pesquero hacia los temas medioambientales, por la cuenta que le trae, ha sido recogida, adoptando una serie de medidas en las que hemos insertado el aspecto medioambiental en diferentes formas. Hemos tenido actuaciones en lo que llamamos el sector efectivo, como es la flota, en la que hemos tenido un cuidado especial sobre ciertas medidas. Puede ser, por ejemplo, el hundimiento de barcos, limitado exclusivamente a aquellos barcos de madera de los que, previamente, se había eliminado todas las piezas metálicas, maquinillas, grasas, pinturas, etc. Además, por seguridad, las autoridades marítimas hacían, y hacen, que el barco permanezca como mínimo un año amarrado a los muelles antes de autorizar su fondeo en una zona determinada. Es decir, están tomando toda una serie de precauciones para que la incidencia en algunos aspectos positivos del hundimiento de un barco en el medio marino, permitiendo con ello la creación de un biotopo que genere la reproducción de especies, tuviera así mismo poca incidencia o la mínima incidencia posible sobre el biotopo natural donde se había efectuado el hundimiento.

Por otro lado, y por culpa de la carencia de la programación previa en haber previsto este tipo de unidades, nos hemos visto confrontados a algunas actuaciones para las que hemos tenido que recurrir a la asistencia técnica, ya que no había forma de financiarlas. Y en esto puedo citar un ejemplo. La flota que operaba en Marruecos se vio, de un día para otro, confrontada con la necesidad de cambiar sus redes: cambiar las redes de monofilamento por otro tipo de redes adaptadas a la licencia marroquí. Con este motivo se arbitraron una serie de medidas para financiar este cambio. Pero, a su vez, nos dimos cuenta de que estas redes habían quedado obsoletas y no tenían ninguna utilidad, ¿qué iba a pasar con ellas?.

Por una parte, tenían que ser destruidas, puesto que se exigía precisamente que en el proceso del recambio de unas redes por otras, fueran destruidas las redes que no eran válidas. Sin embargo, esa destrucción presentaba dos problemas: uno, que si se hundían en el mar, como son de un material plástico prácticamente indestructible, quedaban en el fondo y podían atrapar peces creando un problema medioambiental donde se efectuaran estos hundimientos. Por otro lado, el medio tradicional de destruir este tipo de artes, como es quemarlos, desprendía dioxina, con los peligros que todos podemos imaginar.

Por tanto, no hubo más remedio que arbitrar una medida o una acción financiada con asistencia técnica para recoger todas estas redes, destruirlas con los medios adecuados y bajo la supervisión de las autoridades de medio ambiente de la Junta de Andalucía.

Esta ha sido una actuación puntual que, desgraciadamente, no ha tenido una continuidad, por lo menos no nos consta. No sabemos si en otras Comunidades Autónomas existe sensibilidad para que todos los pescadores, todos los patrones que tienen que sustituir sus artes de pesca, las depositen en algún sitio de forma que puedan ser controladas, recogidas y, en su caso, destruidas, si es necesario. Para ello, evidentemente, hace falta desarrollar una legislación que, según creo, no existe por ahora en España. Estos son dos ejemplos de lo que se puede, se debe hacer y lo que en su día no hemos hecho.

Otro aspecto de actuación en el sector pesquero y su relación con el medio ambiente cae dentro de lo que conocemos como medidas de ordenación del territorio de la franja litoral marítima. Este acondicionamiento de la franja litoral es importante para nosotros, puesto que es donde se realizan una serie de inversiones, fundamentalmente de acuicultura. Acuicultura marina intensiva y extensiva. A su vez, creamos una serie de zonas marinas protegidas. Hemos previsto en nuestra programación un total de 15, de las cuales se han realizado 10. Estas zonas marinas protegidas excluyen la mayor parte de las actividades de pesca y respetan el biotopo marino. Para que sean financiadas por la Comunidad se exige un seguimiento científico durante un mínimo de 5 años de todas las actuaciones que se hacen en este biotopo. A su vez, se realizan acciones de divulgación, se realizan seguimientos, se crea un biotopo natural que es, también, un punto de regeneración de los recursos acuícolas.

Desgraciadamente, según creo, los gestores de medio ambiente de ninguna Comunidad Autónoma han integrado a su personal en el seguimiento científico de estos biotopos. Es interesante que algo que se hace para conservar el medio marino, el medio ambiente marino, tenga no sólo el seguimiento científico y biológico de los sectores de pesca sino que, a su vez, tenga un seguimiento medioambiental de la creación de este biotopo.


A su vez, las instalaciones de acuicultura necesitan varias cosas. Necesitan de una calidad de las aguas para poder funcionar convenientemente. Pero, a su vez, necesitan un tratamiento muy intensivo de los residuos que generan. Hay que pensar que en un espacio reducido hay una gran masa de peces que son tratados con antibióticos y con piensos para su alimentación. También hay que contar con las heces que desprenden estos mismos peces. Y todo esto necesita de un tratamiento antes de que sea vertido al mar.

Todas estas actuaciones y acciones de instalación de granjas acuícolas, precisan de una ficha de impacto medioambiental. Esto es muy loable. Pero nos gustaría que esto respondiera no sólo a actuaciones individuales. Sería importante que se hiciera una ficha para todos y cada uno de los proyectos, y que sea una actuación planificada que ponga a disposición de quienes quieren hacer una inversión, una cantidad de suelo disponible donde puedan ejercer su actividad en las distintas zonas.

Cuento como anécdota que se han mandado toda una serie de actuaciones a unos empresarios para montar unas instalaciones acuícolas en algún punto de nuestra geografía. Y simultáneamente, o casi al mismo tiempo, se concedieron autorizaciones para, en su proximidad, o sea, al lado concretamente, se instalara un vertedero. Esto refleja la descoordinación existente entre las distintas autoridades competentes para este asunto.

Por otra parte, y siguiendo con un repaso en grandes líneas de nuestras actuaciones, hemos previsto el traslado de una buena parte de nuestra industria conservera, nuestra pequeña industria conservera artesanal. Actividad que, generalmente, está ubicada en recintos portuarios que se han quedado integrados en una ciudad y que debía ser trasladada a unos polígonos industriales o semindustriales situados en las proximidades, con el fin de que los tratamientos medioambientales de los residuos de estas industrias conserveras pudieran ser controlados de una forma más eficiente. Esto lo hemos financiado, como buen ejemplo, aquí en Santander. En Santoña existe un polígono que agrupa un buen número de industrias artesanales de la conserva de anchoa y de atún. Se trata de un ejemplo que se puede enseñar a todos y que ha sido presentado como ejemplo de acciones estructurales en folletos que publica la Comisión por toda la Unión Europea.

Entre otro tipo de medidas hemos procurado incidir, sobre todo, en las pautas de comportamiento de los profesionales del mar y hemos integrado en los temas de enseñanza náutico-pesquera todos los temas, informando para que estos profesionales del mar adopten unas pautas. Como son el que no viertan al mar toda una serie de residuos, sean gasóleos, aceites o residuos de consumo humano. En lugar de esto que, a su vez, se habiliten en los puertos una serie de instalaciones que recojan esos residuos. Todo esto se ha financiado satisfactoriamente, pero con medios insuficientes y de una forma desigual en el conjunto de las autonomías. Hay algunas que van más adelante y otras se quedan atrás. Porque este tipo de instalaciones existen en los puertos comerciales grandes. Pero es difícil su extensión a los pequeños puertos pesqueros repartidos por todo el litoral español. Es un problema de tiempo y un problema de sensibilización. Este es el tipo de formación que se da a estos profesionales del sector pesquero y de las industrias pesqueras, y es una buena medida.

Para el próximo período de programación hay que profundizar en el tema formativo y exigir unas mejores pautas de formación en el tema medioambiental. Hay que seguir mucho más exigentes en los parámetros de calidad medioambiental asociados a la actividad pesquera. Hay que identificar los indicadores medioambientales, porque a nosotros los de calidad de las aguas no nos sirven. Vamos a ser serios; un indicador genérico, como puede ser la calidad del agua utilizada, no se puede traducir para todo el ámbito de la Comunidad Europea puesto que la composición del agua marina es muy diferente en el mar Báltico que en el Mediterráneo y hay especies que se desarrollan muy bien incluso en ambientes con bastante contaminación y otras que no. Es decir, que necesitamos profundizar un poco más e identificar este tipo de indicadores para integrarlos en nuestro próximo Programa.

Es un trabajo que deben hacer ustedes. Esto es un aporte claro de la gente de medio ambiente al sector pesquero. Nosotros, desgraciadamente, no estamos en la medida de poder llegar a esto solos, y necesitamos de su trabajo y su contribución para que esto pueda traducirse en algo concreto.

Nos queda un aspecto que se podría hacer todavía en el período actual, fundamental y urgente de cara al medio ambiente y la pesca. Y es financiar con cargo a la asistencia técnica una serie de estudios de impacto medioambiental de las actuaciones que ya hemos hecho y que no hemos medido de ninguna forma. Tenemos vagas ideas de lo que ha pasado y porqué ha funcionado mal, pero no sabemos cuál es la mejor solución. Ponemos un ejemplo.

En Galicia se han creado, con muy buena idea, una serie de parques de bateas de mejillones. Antes estaban diseminados por las rías y ahora se han agrupado en una serie de polígonos. En su momento, se identificaron una serie de zonas privilegiadas donde se podían instalar. Se concentraban todas estas bateas en un sitio donde las corrientes marinas y las mareas contribuyeran a difuminar este tipo de contaminación que, como es sabido, producen las bateas en grandes cantidades. El resultado ha sido que en unos espacios muy delimitados de estos polígonos, la concentración de bateas ha sido tan importante que han destruido el fondo marino. Y peor aún, con las corrientes y con las mareas deseadas, se ha extendido esta contaminación a otra buena parte de la ría que antes estaba a salvo de ella.

La idea de ordenar todo esto es nueva. Y la solución no creemos que haya sido la mejor. Pero no tenemos elementos para decir si hay otra mejor. Entonces, ahí necesitamos que alguien trabaje y mucho para poder ilustrarnos sobre la mejor forma de atajar este problema. Es una responsabilidad que recae sobre las autoridades medioambientales, conjuntamente con las de pesca.

Para terminar esta intervención relativa al IFOP tenemos que decir que, de cara a la nueva programación, las autoridades españolas de pesca han emprendido una amplia consulta a todo el sector pesquero para conocer su sensibilización de cara a los problemas futuros. Para saber cuáles son sus necesidades, dónde hay que dirigir los Fondos, cuáles son las prioridades, etc. Este trabajo, que no se pudo hacer en el presente ejercicio por razones que no vienen al caso, sobre todo de tiempo, se está desarrollado ahora con suficiente antelación. Y si no nos equivocamos, dentro de los programas previstos hay una serie de 12 conferencias entre el 1 de Junio y finales de Octubre, con algunas dedicadas al medio ambiente. Para intervenir en ellas se suele recurrir a personas de la Universidad. Lo que también está muy bien, pero también hay que sondear al sector, a la administración de Medio Ambiente de las Comunidades Autónomas y de Madrid. Por tanto, invitaría a que se produzca un contacto con las autoridades de Madrid para ver de qué forma se pueden trasladar, en este momento que se está consultando a todo el sector, unas inquietudes medioambientales que se vean plasmadas dentro de la programación futura. Ahora es el momento para actuar sobre todo ese tipo de cosas, y no después, cuando hay documentos escritos sobre la mesa. Haremos ahora dos o tres puntualizaciones genéricas sobre los Fondos Estructurales. Sobre todo en el período pasado y los Programas Operativos

Empezaremos con el Marco Comunitario de Apoyo. El Marco es un contrato: un contrato marco, como su nombre indica. Tiene una estrategia, unos objetivos cuantificados y una asignación de fondos. Reúne todo lo que tiene que tener un contrato cuyo desarrollo se plasma después en los Programas Operativos.

El Marco Comunitario español, en su día, no gustó a la Comisión. Estuvo bloqueado más de un mes antes de aprobarlo cuando estaban ya todos los textos terminados al detectar que faltaba, sobre todo y entre otras cosas, una ausencia de integración de las medidas. Es decir, cada uno tenía sus actuaciones, pero no había una sinergia de las diversas actuaciones y de los diversos Fondos para acercarse a un problema determinado.

Finalmente el Marco español se aprobó y desarrolló mediante los Programas Operativos. Los Programas Operativos son el desarrollo natural de las actuaciones en cada eje de intervención recogido en el Marco. Hemos de decir que los Programas Operativos son presentados por los Estados miembros y no se aprueba ningún Programa Operativo sin el acuerdo expreso del Estado miembro. Entonces no podemos decir ahora que lo que se ha aprobado por la Comisión es un disparate o un dislate. Es un parto conjunto de unas exigencias, por una parte de la Comisión, y por otra parte tienen su traducción literal en las necesidades reales. Es la plasmación de una política nacional.

Algunos Programas son muy complicados de gestionar. Entre ellos el de pesca, que es un Programa difícil porque está muy compartimentado, es poco flexible y necesita un esfuerzo ímprobo de las autoridades españolas. Las autoridades españolas de pesca han desarrollado un esfuerzo tremendo. Están gestionando su programa de carácter sectorial nacional, y aunque está gestionado por las Comunidades Autónomas, las justificaciones de los proyectos (en estos momentos superan los 6.000) se hacen por Internet, mediante transmisión de correo electrónico. Realmente no ha habido forma de gestionar esta masa de proyectos, esta masa de Fondos, sin la ayuda de unos instrumentos muy ágiles.

Hay que insistir en que si no hay medidas de medio ambiente en un Programa es porque los responsables de medio ambiente no han conseguido incorporarlas en todas las propuestas que se elaboran, sea a nivel de la Comunidad Autónoma, sea a nivel del Estado español.

En segundo lugar, en la Comisión lucharemos para que todas las Directivas Comunitarias y toda la política de Medio Ambiente se inserte de la mejor forma en nuestros Programas Operativos. De hecho, si se ha hecho alguna cosa en el sector pesquero es porque padecemos los problemas de la contaminación de medio ambiente marino. Estamos sensibilizados. Esto hay que hacerlo de una forma más ordenada y más planificada. Como quedó señalado en el tema de las redes, es un problema que se presenta en todas las Comunidades Autónomas. Pero la información no circula, nadie ha pedido dinero a la Comisión para hacer actuaciones similares en otras regiones o en otras Comunidades Autónomas que tienen el mismo problema.

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