La Directiva 2012/27/UE, relativa a la eficiencia energética, indica que los edificios representan el 40 % del consumo de energía final de la Unión Europea, por ello la reducción del consumo de energía y el uso de energía procedente de fuentes renovables en el sector de la edificación son importantes para reducir la dependencia energética de la Unión Europea y las emisiones de gases de efecto invernadero.
La tradición urbanística española se ha volcado en la producción de nueva ciudad. Sin embargo, la reconversión del sector inmobiliario y de la construcción debe dirigirse hacia un modelo sostenible e integrador; redirigiendo los esfuerzos hacia la rehabilitación, regeneración y renovación urbanas. Las inversiones en la rehabilitación energética de edificios pueden ahorrar energía, reducir gastos corrientes, mejorar la productividad y el confort, e incrementar la utilidad y el valor de los edificios.
Aproximadamente el 55 % del parque edificado en España es anterior al año 1980 y aproximadamente el 21 % cuenta con más de 50 años. Casi el 58 % de nuestros edificios se construyó con anterioridad a la primera normativa que introdujo en España unos criterios mínimos de eficiencia energética (la norma básica de edificación NBE-CT-79 sobre condiciones térmicas de los edificios).
La rehabilitación del parque edificado juega además un papel relevante en la recuperación económica, ayudando a la reconversión de otros sectores, entre ellos, el turístico. La actividad turística es clave para la economía nacional y numerosos destinos turísticos «maduros» se enfrentan al deterioro físico de sus dotaciones. La aplicación de estrategias de rehabilitación genera impactos positivos que servirán de palanca para el desarrollo económico de España.