En 1870 se crea el Instituto Geográfico y Estadístico. Esta institución inicia, entre otras labores, la de realización del Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000 (MTN50), cuya primera hoja aparece cinco años después en el 1875. Como paso intermedio se realizan lo que se conocen como las planimetrías municipales a escala 1:25.000, base de los trabajos del MTN50; en estas, se significan todos los detalles planimétricos de los términos municipales, principalmente el deslinde del propio término que se completaba mediante itinerarios, con el resto de elementos geográficos significativos, como eran núcleos poblados, construcciones, hidrografía, caminos, y un largo etcétera. De una calidad extraordinaria por el detalle, hoy en día están plenamente vigentes en su utilización, pudiendo adquirirse en el Instituto Geográfico Nacional.
En las Instrucciones para los Trabajos Topográficos de 1878, se incluye la necesidad de separar los que hoy serían grandes usos de la tierra, haciendo incluso levantamientos de su separación, siendo estos levantamientos los itinerarios en se basarían para la captura de datos planimétricos. Este detalle se pierde en las siguientes normas de trabajos, en los que se reconoce la necesidad de separar los grandes usos, pero de una manera más permisiva, no siendo necesario realizar levantamientos de sus límites. Esto hace que las planimetrías municipales sean un documento básico a la hora de estudiar la utilización el suelo en los finales del S. XIX e inicios del S. XX.
La leyenda no es homogénea en todo el territorio, como tampoco lo es su realización, siendo diferentes de una zona a otra, pero a nivel forestal, puede llegar incluso a la definición de la especie, en muchos casos asociada al uso (Monte alto de pinar, Dehesa de encina….)
Desde aquí se anima a todos aquellos curiosos y estudiosos para que utilicen estos documentos, tanto en las referencias históricas como en los estudios de evolución del suelo. Como muestra se acompaña unos ejemplos de estos documentos.