El mundo ya está experimentando cambios en la temperatura media, cambios en las estaciones, una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos y otros impactos del cambio climático. Cuanto más rápido cambie el clima, y cuanto más se retrasen los esfuerzos de mitigación y adaptación, más difícil y costoso será.
La adaptación se refiere a los ajustes en los sistemas ecológicos, sociales o económicos en respuesta a los estímulos climáticos reales o previstos y a sus efectos o impactos. Se refiere a los cambios en los procesos, prácticas y estructuras para moderar los daños potenciales o para beneficiarse de las oportunidades asociadas al cambio climático. En términos sencillos, los países y las comunidades deben desarrollar soluciones de adaptación y aplicar medidas para responder a los impactos del cambio climático que ya se están produciendo, así como prepararse para los impactos futuros.
No existe una solución única: la adaptación puede ir desde la construcción de defensas contra inundaciones, la creación de sistemas de alerta temprana de ciclones y el cambio a cultivos resistentes a la sequía, hasta el rediseño de los sistemas de comunicación, las operaciones empresariales y las políticas gubernamentales. Muchas naciones y comunidades ya están tomando medidas para construir sociedades y economías resilientes, pero se necesitará una acción y una ambición considerablemente mayores para gestionar los riesgos de forma rentable, tanto ahora como en el futuro.
Dentro de la CMNUCC, las Partes llevan a cabo actividades relacionadas con la adaptación en una serie de líneas de trabajo, a través de programas de trabajo y en grupos y comités especializados.