Septiembre 2014
"Dicen que"... son capaces de diseñar, fabricar y llevar hasta las tiendas una prenda en solo 15 días. ¿Será verdad?, posiblemente sí. Pero ¿cuáles son las consecuencias de ese modelo de producción? Y sobre todo ¿cómo podemos nosotros, consumidores, influir positiva o negativamente en el modelo de moda rápida actual? ¿Aceptan el compromiso de "descontaminar" toda su cadena de suministro y todos sus productos las empresas del gremio?.
El concepto de “fast fashion” o moda rápida, se refiere a un fenómeno de producción y consumo masivo que se incrementa a la misma velocidad a la que van cambiando las tendencias.
El tiempo de vida de cada prenda fabricada es realmente corto. Según un estudio realizado por American Apparel y Footwear Associations en Estados Unidos un consumidor promedio adquiere aproximadamente ocho pares de zapatos y 68 prendas de ropa cada año, dando a cada una un tiempo de vida máximo de tres meses. Los estadounidenses tiran una media de 30 kilos de ropa al año, y no hablamos de donaciones a la beneficencia, sino de ropa que va directamente al vertedero.
En este modelo de consumir la moda, un casi "usar y tirar o almacenar", se adquiere ropa que imita las tendencias actuales, pero a bajo coste. Las marcas que ofrecen este tipo de artículos, no solo cambian sus productos con frecuencia, sino que además, para maximizar beneficios, llevan a cabo una política de deslocalización fabricandolos en países en desarrollo, pagando a los trabajadores salarios muy bajos e incluso, sacrificando las condiciones de seguridad en las que realizan sus actividades.
¿Qué cuatro cosas debemos saber?
Consejos para evitar convertirse en víctima de la "moda rápida"
Pasa de ser un comprador fácil, a un comprador consciente. Utiliza tu ropa con más frecuencia y recréate en la gratificante sensación de que estás dispuesto a consumir menos: menos recursos naturales, menos emisiones de carbono, menos explotación laboral, menos moda rápida. Recuerda que tu ropa habla por ti y de ti, te identifíca, puede ser una manera más de expresarte, sin que por ello debamos sentirnos esclavas de la imagen.
Tunea y adapta tu ropa cuando ya no sea de tu gusto o necesite algún retoque. Algunos aseguran que el sistema de reciclaje de fast fashion no es una solución viable. Requiere la participación activa de un gran número de consumidores y necesita de nuevos avances tecnológicos que conllevan nuevas emisiones contaminantes, situación que lo mantiene como un modelo que, cuando mucho, intenta ser un poco menos dañino de lo que es actualmente, pero no lo deseable.
Busca tu opción, si realmente necesitas ropa o complementos. En esta vorágine consumista, muchas empresas apuestan por crear una alternativa de "moda sustentable" y se han ofrecido a mejorar sus prácticas para crear un modelo de negocio que se ajuste mejor a los estándares de sostenibilidad, buscando salarios más justos para sus trabajadores y mejores condiciones laborales, así como un sistema de circuito en donde se invita a los consumidores a reciclar sus prendas en nuevos productos textiles.
Apoya la revolución Detox por un planeta libre de sustancias tóxicas. Greenpeace publicó a finales de 2012 el informe Puntadas tóxicas, donde revelaba que un buen número de marcas de ropa conocidas internacionalmente venden prendas que contienen sustancias químicas peligrosas. Las prendas analizadas habían sido elaboradas mayoritariamente en países en desarrollo y emergentes. Muchos de los productos químicos peligrosos detectados eran restos residuales no deseados, lo que demuestra el alto nivel de contaminación del sector. En menos de una semana después de la publicación de dicho informe, algunas empresas de las más importantes del sector se comprometieron a eliminar el uso y vertido de todas las sustancias químicas peligrosas de toda su cadena de suministro y de todos sus productos antes de 2020.
Información y fuente: Blog del Programa Hogares Verdes