Quinto Informe de Evaluación del IPCC: el cruce de caminos

Abril 2014

En el nuevo blog Comunica el cambio climático, creado a título personal por algunos participantes en el seminario Respuestas desde la comunicación y la educación frente al cambio climático,  que se celebra desde el año 2003 por iniciativa del CENEAM y la Oficina Española de Cambio Climático, se recogen algunos post relativos a la presentación del Quinto Informe de Evaluación del IPCC, la organización creada en el seno de Naciones Unidas para evaluar los aspectos científicos relacionados con el cambio climático.

El Quinto informe de Evaluación del IPCC, conocido por sus siglas en inglés -AR5- proporciona una valiosa actualización del conocimiento sobre los aspectos científicos, técnicos y socioeconómicos del cambio climático. En comparación con informes anteriores, este Quinto Informe pone un mayor énfasis en la evaluación de los aspectos socioeconómicos del cambio climático y en sus implicaciones para el desarrollo y la gestión de los riesgos, así como en las respuestas de adaptación y mitigación.

En uno de los post del blog Comunica el cambio climático, se hace el siguiente análisis explicativo de algunos de los "gráficos estrella" incluidos en el Quinto Informe de Evaluación (documento elaborado por el grupo de trabajo II y referido a impactos, adaptación y vulnerabilidad), donde se describe de forma simplificada la encrucijada climática.

Quinto Informe de Evaluación del IPCC: el cruce de caminos - gráficos

El gráfico izquierdo representa dos posibles rutas. La ruta roja marca la previsible evolución de las temperaturas medias globales si se siguen las tendencias actuales. En contraste, la línea azul representa la evolución de las temperaturas si las emisiones de gases de efecto invernadero se limitaran de forma rápida y sustancial. Siguiendo la primera ruta, las temperaturas globales subirían unos 4°C hacia finales del presente siglo. La segunda -un itinerario que algunos consideran ya difícil de seguir- supondría un ascenso de alrededor de 1,5°C en relación con el periodo preindustrial.

El gráfico situado a la derecha representa los efectos del ascenso de las temperaturas en relación con cinco “motivos de preocupación” que se vienen describiendo desde el Tercer Informe, hace ya más de 10 años: los riesgos para sistemas únicos amenazados; los riesgos de eventos extremos, como olas de calor, lluvias torrenciales o inundaciones costeras; los riesgos de que la distribución de los impactos se amplíe, afectando a una alta proporción de personas y comunidades; los riesgos de “impactos globales agregados” (impactos sobre el conjunto de la economía global y la biodiversidad planetaria); y los riesgos de “eventos singulares a gran escala” (aquellos que se “disparan” al sobrepasar umbrales clave y que generan cambios imparables en elementos clave del sistema climático). Basta con reconocer la escala de colores utilizada y relacionar los tonos con las referencias de aumentos de temperaturas (las líneas horizontales que nos dan la referencia del periodo más reciente y de los aumentos en las temperaturas de 2°C y el de 4°C) para intuir que las previsiones son terribles.

Un rasgo inquietante de la gráfica izquierda, que no conviene pasar por alto, es que los dos caminos representados aparecen prácticamente superpuestos durante las próximas décadas. Esto significa que, en los efectos percibidos a corto plazo, no habrá prácticamente diferencias entre elegir un camino “bajo en carbono” o un camino alto en emisiones. Nada menos motivador en estos tiempos que la falta de recompensas a corto plazo. Sin embargo, las rutas acaban separándose de forma abrupta, con consecuencias sobre el planeta y sus habitantes muy diferentes.

Dicen que una catástrofe vista a cámara lenta no parece una catástrofe. Una catástrofe expresada en forma de gráfico matemático tampoco parece una catástrofe. El IPCC viene representando los caminos climáticos en espacios definidos por abscisas y ordenadas desde hace ya varios informes, y en cada una de las últimas entregas se ha podido constatar que nos adentramos en el siglo XXI caminando sobre los peores itinerarios dibujados en el informe previo.

Con estos gráficos (y la literatura que los acompañan) los científicos del IPCC están lanzando una tremenda advertencia, pero… ¿Servirá para algo?

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