La calidad del aire en el Estado español durante 2022

La calidad del aire en en Estado español durante 2022

 

Autoría: Miguel Ángel Ceballos (Coordinación), Paco Segura, Eduardo Gutiérrez, Juan Carlos Gracia, Paco Ramos, Mariano Reaño, Criserey Oropez, Bernardo García, Marta Orihuel, Miguel Ángel Ceballos, Dídac Navarro, Helena Prima, María Ángeles Blázquez, Xosé Veiras, Juan Bárcena, Pedro Belmonte, Eduardo Navascués, Francisco García, Pedro Luis Mier, Koldo Hernández, Pablo Muñoz, Dídac Navarro
Edita: Ecologistas en Acción, 2023
Formato: PDF - Descargar y Papel
Idioma: Español

La contaminación del aire repunta en España por efecto del cambio climático y el aumento del tráfico. Finalizadas las restricciones de la movilidad por la crisis de la COVID–19, el intenso calor y la falta de lluvias han disparado en 2022 los episodios de partículas y ozono, pese a la contracción económica derivada de la pandemia y la guerra de Ucrania.

El informe analiza los datos recogidos en 780 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas las de los principales aeropuertos y puertos estatales. Presenta datos exhaustivos de la calidad del aire, desglosados por comunidades autónomas y por sustancias contaminantes.

Durante 2022 la calidad del aire en España ha empeorado respecto a los años 2020 y 2021, con un aumento significativo de los niveles de partículas en suspensión.

El informe La calidad del aire en el Estado español durante 2022 de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizados en 2021, y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea. De acuerdo a esos umbrales, el aire contaminado afectó en 2022 a la totalidad de la población española, así como a 463.000 kilómetros cuadrados, el 92 % del territorio.

  • Cuatro de cada cinco españoles respiraron en 2022 un aire que incumpliría los nuevos estándares legales propuestos por la Unión Europea para 2030, en el proceso de revisión en curso de la normativa de calidad del aire, lo que expresa la magnitud del reto a asumir.
  • El año 2022 fue muy seco y el más cálido en España desde al menos 1961. La estabilidad atmosférica activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África. El extremado calor estival contribuyó al aumento del ozono, en especial durante las olas de calor de junio, julio y agosto. El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire.
  • El factor esencial para explicar el repunte de la contaminación atmosférica durante 2022 es la recuperación de la movilidad motorizada y de la actividad económica previas a la pandemia de la COVID-19.
  • La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población, es el tráfico motorizado. En determinadas áreas y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire. El transporte aéreo y marítimo tiene gran repercusión en la calidad del aire del entorno de aeropuertos y puertos.
  • El ozono sigue siendo el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población, y el más estrechamente ligado al cambio climático.
  • La contaminación del aire debería abordarse como un problema sanitario de primer orden. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, cada año fallecen prematuramente 25.000 personas en el Estado español por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, 10.000 de ellas en episodios de alta contaminación, según el Instituto de Salud Carlos III. 
  • Los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan según el Banco Mundial 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.
  • La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión, acelerar el área de control de las emisiones del transporte marítimo del Mar Mediterráneo, y una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas.
  • La crisis sanitaria de la COVID–19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales. 

Disponibilidad: Centro de Documentación del CENEAM. Préstamo domiciliario
Consultado en enero de 2024