Durante el mes de julio, tanto a las horas de más calor como al anochecer, se puede observar en las partes más bajas de la Sierra de Guadarrama a la culebra de escalera (Rhinechis scalaris). Es un ofidio grande y robusto, que llega a alcanzar 1,60 metros de longitud en algunos ejemplares. Tiene una cabeza muy bien diferenciada, fuerte y ancha. El hocico es muy prominente con respecto a la mandíbula inferior. Los ejemplares jóvenes poseen el típico diseño de escalera que da nombre a la especie, consistente en dos franjas longitudinales oscuras que parten de detrás de la cabeza conectadas por líneas transversales a modo de peldaños sobre un fondo claro. Los adultos sólo tienen dos líneas oscuras paralelas que les recorren todo el cuerpo sobre un fondo amarillento o pardusco. Realiza desplazamientos diarios de hasta 100 m. y tiene un espacio vital de más de una hectárea. Es muy ágil pudiendo trepar por rocas, árboles y arbustos para tomar el sol o alimentarse.
Los hábitats favoritos de esta especie serían los terrenos despejados con matorrales, abundancia de muros y rocas junto a prados y cultivos. Es una culebra relativamente agresiva que intentará atacar a sus potenciales enemigos mordiéndolos, aunque no es venenosa. Se alimenta sobre todo de mamíferos como ratones de campo, topillos, musarañas y conejos jóvenes, pero también come huevos en nidos de abejaruco, abubilla, aviones comunes, gorriones comunes, etc. Entre sus depredadores podemos citar a las águilas culebrera e imperial, al busardo ratonero y a los milanos.
En los meses de abril y julio se producen las cópulas. Transcurrido un mes aproximadamente, la hembra deposita de 4 a 24 huevos bajo una piedra, la hojarasca, la madriguera abandonada de otros animales o en una oquedad excavada por ella misma. Durante los primeros días son cuidados por la madre y posteriormente se abrirán entre los meses de agosto y octubre. En otoño comienza el letargo invernal que puede durar cuatro o cinco meses.
Las principales amenazas para esta especie son la destrucción de sus hábitats y los atropellos en las carreteras.
Si durante el mes de Agosto paseamos por los caminos de las zonas bajas de la Sierra de Guadarrama, observaremos en algunos lugares multitud de flores de un hermoso color morado-azulado. Son achicorias (Cichorium intybus) que florecen en pleno verano. La flor tiene la particularidad de abrirse únicamente a pleno sol y seguir su trayectoria como los girasoles .Está formada por una inflorescencia en capítulo de flores liguladas como todas las plantas de la familia de las compuestas a la que pertenece.
Con su raíz tostada se pueden hacer infusiones que recuerdan al sabor del café y tiene propiedades aperitivas, es decir estimula el apetito.
Las hojas tiernas se pueden tomar en ensalada al igual que la endivia que es la variedad cultivada de la achicoria. También son consumidas mezcladas con diversas salsas y varios tipos de queso. Son buenas para regular el funcionamiento del hígado, y además son desintoxicantes y depurativas.
En el mes de julio, varias especies de gramíneas como el berceo (Stipa gigantea) se mecen con el viento doradas por el sol en el piedemonte de la sierra de Guadarrama.
El berceo es una planta que está formada por numerosos tallos y espigas que nacen del mismo pie de planta. Vive en zonas secas del centro y sur peninsular sobre suelos graníticos, pobres y pedregosos. Los pastizales en los que es la planta dominante se denominan berceales.
Es una de las gramíneas de mayor tamaño de nuestra flora y un endemismo ibérico. Es una buena planta forrajera para el ganado.
Con sus raíces, en algunos lugares de la sierra, se fabricaban cepillos para limpiar los suelos. Hay algunos pueblos que adoptaron su nombre por la abundancia de esta especie, como Bercimuel o Bercial.
Como todos los años, a principios de septiembre, los aviones comunes (Delichon urbica) se marchan a pasar el invierno a África, al Golfo de Guinea. En la Sierra de Guadarrama habitan sobre todo en los pueblos cercanos a las montañas, aunque su hábitat original son los roquedos. Llegan en el mes de abril a criar a nuestro país porque en ese momento el alimento es aquí más abundante que en su área de distribución invernal.
Esta ave, muy semejante a la golondrina común, se diferencia de ella, principalmente, en que es un poco más pequeña y tiene el obispillo blanco. Es un pájaro muy gregario que construye sus nidos de barro adosados a edificios junto a otros individuos de su especie, constituyendo normalmente colonias bastante numerosas.
Captura a sus presas (principalmente moscas y mosquitos) mediante vuelos acrobáticos de persecución en grupo, los cuales se producen a una altura intermedia entre la que es explotada por la golondrina común (zona baja) y los vencejos (zona alta). Normalmente no caza a más de 2 kilómetros del nido.
Suele poner entre 3 y 5 huevos y puede criar dos o tres veces al año, si el alimento es abundante. Los pollos abandonan el nido cuando tienen aproximadamente un mes de vida.
No sufre grandes amenazas, la principal es la destrucción de sus nidos porque “ensucian” los edificios y también, en menor medida, por el uso de plaguicidas que eliminan su fuente de alimento, la ausencia de barro y las nuevas técnicas de construcción que dificultan la elaboración de sus nidos.
La población española de avión común es la más numerosa de Europa.
Durante el mes de Agosto, todavía se puede ver volando en zonas de alta y media montaña (normalmente desde los 1600 m. hacia la zona de cumbres) a la mariposa montañesa de banda larga (Erebia meolans).
Se distribuye principalmente por pinares, praderas y canchales. Es un lepidóptero de tamaño mediano de coloración casi negra, con llamativas bandas rojizas en las alas que engloban ocelos negros rematados en un punto blanco central.
Machos y hembras son de aspecto muy similar, aunque los machos tienen una coloración general más oscura.
Las orugas se alimentan de gramíneas de los géneros Agrostis, Poa y Festuca. La crisálida permanece oculta en el suelo hasta que se transforma en adulto. En la cara norte de la Sierra de Guadarrama vuela la subespecie peñalarae. Inverna en fase oruga junto a la planta nutricia.
El Hipérico o hierba de San Juan (Hypericum perforatum) es una planta que en el mes de julio está en flor en las zonas medias y bajas de la Sierra de Guadarrama. Aparece sobre todo en los claros de los melojares, donde la luz es abundante. Tiene una flor amarilla con pétalos de color dorado que presentan pequeñas motas negras en sus bordes. El apelativo latino perforatum, proviene de las pequeñas perforaciones -en realidad son bolsas de aceite esencial- que pueden verse al trasluz en cada una de sus hojas.
Es una planta con propiedades medicinales. Sus aceites esenciales son utilizados para cicatrizar heridas y tratar quemaduras. En estos casos hay que tener cuidado de no exponerse al sol pues contiene sustancias que producen fotosensibilización, pudiendo provocar picores o enrojecimiento de la piel. También se utiliza para curar episodios leves de depresión.
Antiguamente se pensaba que tenía poderes mágicos y se usaba para ahuyentar a los malos espíritus, por ello se colgaban plantas sobre imágenes religiosas el día de San Juan. También se empleaba en exorcismos para expulsar el espíritu maligno de las personas afectadas.
En Septiembre, en los robledales de la Sierra de Guadarrama, podemos observar los frutos maduros de las madreselvas (Lonicera periclymenum). Son unas bayas redondeadas de un llamativo color rojo. Pero no debemos sentirnos atraídos por ellos, pues son tóxicos pudiendo provocar vómitos y diarreas si los ingerimos.
La madreselva es una planta trepadora de hojas caducas y largas y flexibles ramas que puede llegar a medir hasta cinco metros de altura. Se la suele encontrar dentro de los robledales de roble melojo, trepando por el tronco o por las ramas. Sus hojas crecen enfrentadas unas con otras y son blandas y lanceoladas. Las flores son alargadas y en forma de trompeta, de color blanco amarillento, aunque en ocasiones pueden tener también un tinte rojizo, florecen en verano y emiten un agradable olor. Crecen en grupo formando ramilletes terminales.
El nombre del género está dedicado al botánico alemán del siglo XVI Adam Lonicer. El nombre específico Peryclimenus era el nombre de uno de los personajes de la novela de Apolonio de Rodas escrita hace más de dos mil años, que al igual que los tallos de la madreselva podía adoptar cualquier forma con su cuerpo.
Como todos los años a principios de agosto los vencejos comunes (Apus apus) se marchan de nuestros pueblos y regresan a África a pasar el invierno. Hasta la siguiente primavera no volveremos a escuchar sus gritos agudos mientras surcan los cielos. Es un ave muy bien adaptada para el vuelo, come, duerme y copula en el aire, solo se posa en el nido durante el período de reproducción en el que ponen e incuban los huevos y crían a los pollos. Esto solo dura unas pocas semanas. Tiene unas patas muy cortas con fuertes uñas para agarrarse incluso en superficies verticales, pero que le impiden desplazarse por el suelo y despegar si caen al suelo. Es una especie gregaria, poco exigente y solo requiere zonas con insectos voladores, agua y huecos donde instalar el nido.
Se alimenta insectos voladores de pequeño tamaño que no tengan aguijón. Su técnica de de captura es la siguiente: Vuelan en grupo con la boca abierta a modo de cazamariposas. Hacen el nido, siempre dentro de un hueco o grieta de edificios, cantiles, también pueden ocupar nidos abandonados de otras aves como pájaros carpinteros. Este tiene forma de copa y está elaborado con materia vegetal y plumas aglutinadas con saliva. El vencejo común manifiesta una elevada fidelidad a su pareja y suele regresar cada año al mismo nido. La puesta habitual es de dos o tres huevos
Las crías abandonan el nido una mañana volando súbitamente, sin necesidad de aprendizaje previo, y no retornan a él jamás. De noche, estas aves se elevan hasta los 2.000 m de altura y allí duermen, volando. Durante el sueño el aleteo se reduce de los habituales diez movimientos por segundo a tan sólo siete. El nombre científico, Apus apus, proviene del griego y significa sin pies, en referencia a sus costumbres aéreas. Su nombre en español vencejo, procede de la corrupción de su antiguo nombre oncejo, por confusión con la palabra vencejo que significa ligadura, lazo. A su vez oncejo provenía de hoz, en alusión a la forma curvada de su silueta en vuelo.
La mariposa Sofía (Issoria lathonia) es una especie frecuente en toda la Sierra de Guadarrama, que vuela en cualquier lugar y a cualquier altitud de Marzo a Septiembre, por lo que todavía la podemos observar al final del verano. El rasgo que distingue a este lepidóptero de otros similares es la presencia de unas grandes manchas de color plateado en el reverso de sus alas posteriores. Es la mariposa más abundante y más ampliamente distribuida de toda la sierra.
El éxito de su abundancia y presencia se debe a que es capaz de adaptarse a cualquier entorno, así como al hecho de que puede hibernar en estado de huevo, oruga, crisálida e imago (mariposa adulta). Por si fuera poco, tiene hábitos migratorios que le permiten colonizar nuevos espacios.
Las orugas se alimentan de diferentes especies de violetas (Viola sp.). Los adultos realizan la puesta sobre vegetación baja cerca de la planta nutricia para que, cuando eclosionen los huevos, las orugas tengan rápidamente alimento disponible.
Durante el mes de agosto ya se pueden ver en flor las primeras quitameriendas (Merendera montana) en los prados de alta montaña del parque nacional y, a medida que los días vayan transcurriendo, también florecerá en zonas más bajas hasta el mes de octubre. Vive en sitios secos, bordes de caminos y prados de montaña desde cotas bajas hasta los dos mil metros de altura. Es una planta bulbosa con seis pétalos y seis estambres que primero emite las flores y luego las hojas. Las flores no sobrepasan los cinco centímetros de altura y las hojas son alargadas y estrechas.
Toda la planta contiene sustancias tóxicas (colchicina), aunque presenta mayores concentraciones en las hojas, de este modo mantiene alejados a los herbívoros. Esta planta sólo crece en el suroeste de Francia y en la Península Ibérica.
Parece ser que el nombre de quitameriendas le viene de que florece cuando las tardes se empiezan a hacer más cortas y, antiguamente, cuando nos regíamos por las horas de luz solar, se suprimía una de las comidas diarias, la merienda, ya que se adelantaba bastante la cena, de acuerdo con la caída del sol.
Todos los años, a finales de junio, se puede ver en flor a la genciana amarilla (Gentiana lutea). Esta planta crece siempre por encima de los 1.800 metros de altura en herbazales y lugares húmedos. Puede medir de 50 a 120 centímetros, su tallo es hueco y de él salen unas grandes hojas ovales con 5 ó 7 nervios convergentes. Las flores son amarillas y tienen forma estrellada.
Se considera especie protegida en la Sierra de Guadarrama y está catalogada como “especie de interés especial”. Su principal amenaza es la explotación que se hace de sus raíces para usos medicinales. Se emplea para curar trastornos digestivos, aunque no debe ser tomada por personas con úlcera de estómago, también se utiliza en muchas bebidas tónicas amargas como el vermut o el biter.
Durante los meses de junio y julio, podemos observar en la Sierra de Guadarrama a uno de los insectos más bellos y abundantes, la mariposa pavo real (Inachis io). Denominada así por los ocelos que posee en el anverso de sus alas y que recuerdan a los de la cola de los machos del pavo real. Estos ocelos le sirven para despistar a sus posibles depredadores.
Por el reverso, en cambio, es prácticamente negra. Su tamaño oscila entre 5 y 5,8 centímetros, siendo las hembras más grandes que los machos. Habita en claros del bosque, barrancos pedregosos, prados cercanos a bosques de ribera y lugares abiertos con humedad en el subsuelo donde crece la planta nutricia preferida por sus larvas, la ortiga. Las larvas son negras con puntitos blancos y tienen el cuerpo cubierto de pelos. Los adultos se alimentan del néctar de varias flores, especialmente de las de zarzamora. Se la puede ver volar desde cotas bajas, hasta alturas por encima de los dos mil metros.
Pandora (Argynnis Pandora) es una de las mariposas de mayor tamaño y más abundante de las que vuelan durante el verano en la Sierra de Guadarrama. Además, presenta una amplia distribución, pudiéndosela encontrar tanto en zonas bajas como en cotas de más de 2.000 metros de altitud.
Tiene dos generaciones, la primera vuela desde finales de mayo hasta primeros de julio, y la segunda desde mediados de julio hasta finales de septiembre.
Vive en zonas abiertas y soleadas, claros de bosque, caminos, cultivos, etc. donde abundan plantas ricas en néctar como cardos y centaureas. Su vuelo es potente y rápido. Las larvas (orugas) se alimentan de plantas del género Viola (violetas), su cuerpo es de color oscuro con puntos rojos y negros y está cubierto de numerosos pelos.
Se la puede observar en toda la Península Ibérica.
La hierba de Santiago (Senecio jacobea) es una de las plantas que en agosto todavía podemos encontrar en flor en la Sierra de Guadarrama. Su ciclo de vida comienza en junio y puede llegar hasta principios de noviembre.
Su nombre vulgar parece provenir del momento de su floración, que tiene lugar alrededor del día 25 de julio.
Tiene preferencia por lo prados con cierto grado de humedad en el subsuelo. A lo largo del verano, a medida que el pasto se va secando, destaca más la presencia de la hierba de Santiago, con sus vistosas flores amarillas y su metro largo de altura en algunos ejemplares. La razón es sencilla, ni el ganado ni los pequeños herbívoros (caracoles, babosas, insectos…) se alimentan de ella ya que, salvo las flores, la planta contiene un poderoso veneno que la hace muy tóxica. No obstante, parece que se ha usado como planta medicinal desde época medieval hasta a mediados del siglo XX, siendo utilizada contra inflamaciones de los ojos, dolores y úlceras cancerosas, reuma, ciática y gota. Según algunas personas, también aliviaría el dolor de las picaduras de abeja. Pero las sustancias tóxicas que posee afectan al hígado, pudiendo provocar cirrosis tanto a los animales como a los seres humanos, por lo que actualmente se desaconseja su uso.
Este pequeño reptil vive exclusivamente en el Sistema Central (Sierras de Bejar, Gredos y Guadarrama). En el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, la lagartija carpetana (Iberolacerta cyreni) se localiza en las zonas más elevadas desde los 1.600 hasta los 2.400 metros, desde la Peñota hasta la cuerda larga, y en los puertos de cotos y la Morcuera, llegando hasta la cumbre de Peñalara.
Antiguamente se encuadraba dentro del grupo de la lagartija serrana (Iberolacerta monticola), pero recientemente se la consideró como una especie independiente por una serie de diferencias genéticas con la anterior.
Si paseamos por alguno de los senderos que recorren praderas, matorrales o roquedos dentro de su franja de distribución, dentro del Parque Nacional, podemos observar durante el mes de julio a los ejemplares juveniles que han nacido hace pocos días con su cola de color verde azulado. Los machos adultos en época de celo (mayo- junio) son fácilmente reconocibles por la tonalidad verdosa de su cuerpo. Las hembras son de color más pardo. Su cuerpo está adaptado para ocultarse en las grietas de las rocas.
Algunos ejemplares se muestran bastante confiados ante la presencia humana por lo que nos dejaran acercarnos bastante a ellos. Su dieta incluye insectos y arañas. La culebra lisa, la víbora hocicuda, el cuervo y el roquero rojo son algunos de sus depredadores.
Los bosques de pino albar o pino silvestre (Pinus sylvestris) son si duda la vegetación arbórea más característica de la Sierra de Guadarrama. En primavera durante los meses de mayo y junio, se produce el fenómeno conocido como “lluvia de azufre”. Los conos o “flores” masculinas de los pinos maduran y producen millones de granos de polen que forman verdaderas nubes movidas por el viento. El resultado es que si paseamos por uno de estos pinares nos encontraremos el suelo, los cercos de los charcos e incluso nuestro calzado teñido de amarillo. Por suerte, este polen no se considera alergénico por el gran tamaño de sus granos.
El pino silvestre vive en zonas que van desde los 1.200 hasta los 1.900 metros. Puede alcanzar portes majestuosos, llegando hasta los 30 metros de altura en los ejemplares maduros. El color anaranjado de su tronco permite reconocerlos fácilmente. Es una especie longeva (puede vivir 200 - 300 años) y resistente.
Sus hojas o acículas son duras, estrechas y puntiagudas, con poca superficie foliar para protegerse del frío y la desecación, tienen de 3 a 7 cm. de longitud y crecen en parejas.
Posee un potente sistema radical que le permite arraigar sobre terrenos muy variables y soportar fuertes vientos. El suelo del pinar no es muy profundo (sobre todo en zonas altas) y es pobre en nutrientes debido a las características de la hojarasca del pino, por lo que su sotobosque es poco diverso.
Las piñas en el pino silvestre están en la parte alta del árbol, son pequeñas de 3 a 6 cm. y sus escamas son agudas Los conos masculinos están en las partes bajas para evitar autopolinizarse.