Distancia: 7 Km.
Duración: 2h 30 min. (ida y vuelta).
Tipo de ruta: no circular.
Dificultad: media.
Desnivel: 175m.
Puntos de interés: Lago, Centro de Información, Playa de Nosa Señora, Pedra da Campá y observatorio de aves, mirador de Monte Faro.
Desde la caseta de información, tomamos el camino de la izquierda, que en poco tiempo nos conduce a la isla del Faro a través del dique que une ambas islas. En el Lago, si la visibilidad del agua lo permite, podremos observar una gran variedad de peces, crustáceos y algas, como pequeña muestra de la gran riqueza ecológica que albergan estas aguas. Una vez en la isla del Faro dejamos atrás el camping y llegamos al Centro de Interpretación de la Naturaleza (20 min.), que podemos visitar si queremos conocer mejor los valores naturales y culturales del Parque. Unos 300 m después de éste, a la altura de la playa de Nosa Señora, nos encontramos el cruce principal de esta isla, giramos a la derecha y comenzamos a ascender en zig–zag entre una espesa arboleda que nos deja entrever, al sur, la hermosa isla de San Martiño.
A media subida, donde los árboles ya no pueden crecer y dan paso a espesos matorrales de tojos y jaras, podemos hacer un pequeño paréntesis en la ascensión y desviarnos a la derecha para poder contemplar la curiosa Pedra da Campá, perforada por la fuerza de los vientos atlánticos cargados de salitre. Continuamos unos 100 m más hasta llegar al observatorio de aves (50 min.), desde donde podremos observar los miles de gaviotas patiamarilllas que anidan en estos impresionantes acantilados y, con un poco de suerte, los grupos de cormoranes moñudos que escogen las zonas más próximas al mar para construir sus nidos. También disfrutaremos de magníficas vistas del Lago y la playa de Rodas.
Retomamos el camino principal que serpentea hacia la cima del monte donde se encuentra el Faro, el mirador más emblemático de las islas. Desde allí, rodeados de gaviotas que juegan con el viento y con 175 m de vertiginosos acantilados a nuestros pies, divisaremos el archipiélago de Cíes en su conjunto, que a modo de rompeolas gigantesco protege la ría de Vigo de los poderosos embates del océano Atlántico.
Retomamos el camino principal que serpentea hacia la cima del monte donde se encuentra el Faro, el mirador más emblemático de las islas. Desde allí, rodeados de gaviotas que juegan con el viento y con 175 m de vertiginosos acantilados a nuestros pies, divisaremos el archipiélago de Cíes en su conjunto, que a modo de rompeolas gigantesco protege la ría de Vigo de los poderosos embates del océano Atlántico.
Podemos conectar con la ruta del Faro da Porta a través de un desvío a la derecha que, según bajamos del Faro, encontraremos unos 200 m antes de llegar al cruce que conduce al observatorio de aves.