Sierra Nevada representa a la alta montaña mediterránea dentro del conjunto de parques nacionales y es un lugar ideal para testar los efectos del cambio climático por su altitud, climatología y por albergar una elevada biodiversidad. Se espera que dichos efectos sean especialmente severos en especies de alta montaña con un estrecho rango de distribución. En este proyecto se ha estudiado el orden Trichoptera -especialmente adecuado para reflejar la intensidad de diferentes factores estresantes en ecosistemas acuáticos- en Sierra Nevada con el fin de utilizarlos como sensores del cambio climático. Se citan 42 especies en el macizo, de las que el 19% corresponden a endemismos ibéricos. Los resultados muestran que la temperatura media del agua de los ríos de Sierra Nevada ha aumentado en unos 2ºC en los últimos 20 años y que ha ido acompañada de un aumento de la riqueza de especies de tricópteros. Este aumento ha sido más acentuado al incrementar la altitud, presentando un máximo en altitudes intermedias, como consecuencia de la ampliación del rango de distribución de especies de tramos medios hacia cotas más elevadas y de colonización desde sierras próximas. La relación detectada entre altitud y cambio en riqueza puede ser explicada mediante la hipótesis de que las montañas con un gradiente altitudinal considerable actúan como refugio de especies en un escenario de calentamiento climático.
Se ha detectado una fuerte vulnerabilidad al cambio climático de las dos especies endémicas de Annitella en Sierra Nevada (A. iglesiasi y A. esparraguera) por estar localizadas en pocos ríos y tener un flujo genético bajo entre sus poblaciones. Los resultados de este proyecto ponen de manifiesto la vulnerabilidad de la biodiversidad acuática en Sierra Nevada y llaman a estrategias de conservación que consideren especialmente los ecosistemas fluviales del macizo.