PIMA Sierra de Guadarrama Protección ecosistemas higroturbosos

En el ámbito del PN Sierra de Guadarrama existe una amplia diversidad de hábitats de interés comunitario, algunos de los cuales mantienen una estrecha relación con los usos ganaderos.  Entre dichos hábitats destacan dos tipos de pastizales o formaciones herbáceas que están muy vinculados a una menor o mayor presencia de agua: los cervunales y las turberas, caracterizado el primero por la abundancia de Nardus stricta y el segundo por la elevada presencia de especies de los géneros Sphagnum y Carex, entre otras. 

Ambas formaciones forman mosaicos de teselas de tamaño variable. En el sistema Central y más concretamente en la Sierra de Guadarrama, los hábitats higroturbosos más o menos evolucionados (turberas y medios paraturbosos o mires) se caracterizan por su carácter eminentemente relíctico y con un elevado valor natural e interés científico porque sustentan una flora y fauna adaptada y a veces exclusiva, constituyendo así uno de los ecosistemas más frágiles y amenazados el mundo. Sin embargo, con carácter general no solo no se dispone de una cartografía adecuada de estos hábitats, sino que también resulta compleja la interpretación de los mismos y todo ello redunda en la dificultad del seguimiento a corto, medio y largo plazo. 

Cerramiento turbera Navalrey

En el año 2019 ante los evidentes signos de degradación de la turbera de Navalrey, se procedió a restringir el uso ganadero en la formación higroturbosa mediante la instalación de una valla de madera (que sí es permeable al jabalí y al corzo).
Turbera en Guadarrama 2019
Vista general de turbera acotada

Caracterización florística

La necesaria conservación de estos enclaves higroturbosos, susceptibles de sufrir daños tanto por sobrepastoreo –o más bien degradación por pisoteo- como por infrapastoreo, obliga a profundizar en aspectos relacionados con su caracterización, distribución, estado de conservación actual, pautas de conservación mediante prácticas de gestión activa y evaluación de su estado de conservación con el transcurso del tiempo. La superficie de estudio presenta varios HIC: la formación higroturbosa estudiada, así como una orla de cervunal y de juncal higrófilo. Es la distancia al agua subterránea, particularmente durante el estío, la que determina la aparición de cada uno de estos hábitats. El carácter del ecosistema viene dado por estar alimentado por aguas relativamente pobres en bases y de pH bajo, así como estar situados sobre litologías silíceas. 
Aunque la cubierta vegetal es la propia de las turberas y por lo tanto con capacidad de formar turba, no se detecta un verdadero depósito turboso, en parte por la degradación sufrida por el pastoreo que ha propiciado un suelo predominantemente mineral, con elevado contenido en materia orgánica muy descompuesta, en forma de ácidos húmicos que dan color oscuro o casi negro al depósito, pero sin que pueda hablarse de verdadera turba.
En la zona de estudio se trata de hábitats frágiles, de extensión limitada y muy fragmentada, con alta dependencia de la cantidad y calidad de las aguas de la cuenca de alimentación, de modo que su protección y preservación debe abordarse abarcando, entre otros factores, todo el sistema hidrológico en que se ubican, y prestando una especial atención a la relación con el uso ganadero. 
Se podrá consultar el informe completo, actualmente en fase de revisión.
Vegetación de turbera