Los sonidos del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama

8. Luna de cárabos. Arroyo de La Chorranca

Luna de cárabos. Arroyo de La Chorranca

Luna llena de otoño. Dentro del bosque las siluetas de los árboles, sombras negras, contrastan con la fría claridad. Como un aguatinta.

El silencio se arrastra valle abajo, envuelto en jirones de niebla impulsados por el peso del aire frío de las capas más altas.

Todavía no han llegado las heladas, por lo que el rasgueo de algunos insectos rompe el telón sonoro. A ratos se animan y forman una nube de ruidillos, difíciles de localizar en el claroscuro. 

Esta situación puede durar un largo rato. Hasta que un lamento cruza la noche. El primero convoca a un segundo, un tercero y hasta un cuarto, más lejos. Varios cárabos que deambulaban por ahí se cruzan en un punto, un rodal de pinos en el centro de un claro. Y durante unos segundos el bosque es un escenario fantasmagórico. Los jóvenes nacidos la pasada primavera ya se han emancipado y recorren los bosques en busca de cazaderos. Esto da lugar a conflictos territoriales, discusiones a base de ululatos.

Callan los cárabos. Vuelven los insectos. Por encima de todo, suenan los pulsos agudos de los murciélagos, la parte audible de los ultrasonidos con que se orientan en sus vuelos de caza.

0:00
/
 

Ficha técnica