El lobo, Canis lupus, es una especie emblemática cuya gestión presenta importantes implicaciones ambientales, sociales y económicas. Por ello, su conservación presenta enorme complejidad. Esta dualidad entre protección y gestión, especialmente en relación a la problemática que suponen los daños que causa a la ganadería extensiva, justificaron en su momento que la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza (en 2004) y, posteriormente, la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, aprobaran esta primera Estrategia para la conservación y gestión coordinada del Lobo en España.
En el momento en que se aprobó esta Estrategia nacional (año 2005), de acuerdo con la normativa comunitaria, las poblaciones de lobo al sur del Duero se encontraban incluidas en el régimen de protección especial que otorgaba la normativa ambiental vigente, mientras que al norte del Duero tenían la consideración de especie cinegética si así lo declaraban las diferentes comunidades autónomas. Desde 2021, la especie se encuentra legalmente protegida en todo el territorio tras la inclusión de todas sus poblaciones en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
La “Estrategia para la Conservación y la gestión del Lobo (Canis lupus) en España” contiene los criterios orientadores aplicados durante su periodo de vigencia a la gestión de esta especie, incluyendo el aprovechamiento cinegético, el control, la lucha contra sus amenazas, su seguimiento, investigación, etc. Actualmente no está vigente, al haber sido aprobada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente una nueva Estrategia nacional para esta especie en julio de 2022. .
En el marco de esta Estrategia Nacional, entre los años 2012 y 2014 se elaboró un censo nacional del lobo coordinado por el Ministerio y con la participación de las Comunidades Autónomas.