Los recursos genéticos de la agricultura y la alimentación

La biodiversidad que podríamos llamar domesticada, básicamente la agrícola, y más específicamente el pool de recursos genéticos de uso en la alimentación y la agricultura, es la gran despensa que garantiza a la humanidad los alimentos, los vestidos y, en una parte importante, las medicinas. La preservación de esta riqueza es esencial en el desarrollo de la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria.

De acuerdo con la COP V del CDB los recursos genéticos de la agricultura y la alimentación incluyen:

  • Los recursos fitogenéticos que son parte integrante de los sistemas de producción agrícolas
  • Los recursos zoogenéticos de uso en la producción ganadera, incluyendo los de la acuicultura, la apicultura y demás de uso alimentario
  • Los recursos genéticos microbiológicos y fúngicos cultivados en razón de su aplicación en la industria agroalimentaria

 

La diversidad genética es muy importante para la alimentación humana. Por poner un ejemplo muy claro: una hambruna que asoló Europa a finales de 1830 y casi acabó con las patatas en Europa. El único modo de controlar la enfermedad fue ir a buscar ejemplares resistentes a la enfermedad a América Latina, que es de donde proviene la patata, pero para que eso fuese posible había sido necesaria una diversidad creada y conservada a lo largo de muchas generaciones. Hoy es más importante que nunca mantener la diversidad existente para hacer frente a los cambios ambientales y a las necesidades humanas impredecibles de las generaciones futuras.

La seguridad alimentaria siempre ha dependido del libre intercambio de los cultivos y el germoplasma que han creado, a lo largo de 10.000 años, los campesinos de todo el planeta. Desde los inicios de la agricultura se han utilizado más de 7.000 especies para obtener alimentos y piensos, mientras que hoy la gran mayoría de la humanidad se alimenta con 150 especies cultivadas; 30 cultivos proporcionan el 95% de nuestra energía alimentaria; de ellas sólo 12 especies de plantas proporcionan más del 70 por ciento de la alimentación humana, y apenas cuatro: el arroz, el maíz, el trigo y la patata, abastecen más del 50 por ciento de la alimentación humana. La mayor parte de estos recursos fitogenéticos (biodiversidad agrícola) no pueden sobrevivir en forma silvestre, sino que se mantienen, sobre todo, en las tierras agrícolas, especialmente en los países en desarrollo. Parece claro que los recursos que tenemos a nuestra disposición no están siendo objeto del uso óptimo.

Todos los países son dependientes en gran medida de la diversidad biológica agrícola traída desde fuera de sus fronteras. Sin embargo, los países más ricos en genes son muchas veces pobres en términos de renta monetaria. La mayor parte de la diversidad biológica agrícola se encuentra en las zonas tropicales y subtropicales; esto es, en los países en desarrollo. Y a pesar de la importancia vital que tienen para la supervivencia humana, los recursos genéticos se están perdiendo a una velocidad alarmante debido a la falta de incentivos para desarrollarlos y conservarlos.

La comisión de recursos genéticos para la alimentación y la agricultura de la FAO

La Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, establecida por la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO: www.fao.org), es un foro permanente en el que los gobiernos debaten y negocian asuntos de interés en relación con los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura. En la actualidad son miembros de la CRGAA 160 países y la Unión Europea. La comisión trata de alcanzar un consenso internacional en esferas de interés mundial por medio de negociaciones.

Los principales objetivos de la CRGAA son garantizar la conservación y la utilización sostenible de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura, así como la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su utilización para las generaciones presentes y futuras. Elabora y supervisa la Estrategia mundial para la ordenación de los recursos genéticos de los animales de granja y el Sistema multilateral mundial para los recursos fitogenéticos.

La CRGAA facilita y supervisa la cooperación entre la FAO y otros organismos intergubernamentales y no gubernamentales competentes, en particular la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), el Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI) y la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (CDS).

La CRGAA cada dos años celebra reuniones ordinarias y cuando es necesario se organizan reuniones extraordinarias. La Secretaría está en la sede de la FAO, en Roma.

El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura

Tras siete años de difíciles negociaciones en el seno de la CRGAA, el 3 de noviembre de 2001 los 180 países de la Conferencia de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas, adoptaron un Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura. España ha participado activamente en este proceso, a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Puede encontrar el texto en www.fao.org.

Si las directrices de Bonn tienen carácter voluntario, el tratado es un compromiso internacional jurídicamente vinculante. Tiene como mecanismo principal un sistema multilateral de acceso y distribución de beneficios, que apoya directamente la labor de los agricultores en la conservación y mejora de la diversidad agrícola. Sus objetivos son la conservación y utilización sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su utilización, en armonía con el Convenio de Diversidad Biológica, para la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria. En suma, poner sus beneficios al alcance de todos.

El tratado entrará en vigor tan pronto como 40 países lo ratifiquen. A partir de ese momento se regulará multilateralmente el acceso a los recursos para la mejora genética de las cosechas más importantes, así como la distribución equitativa de los beneficios, incluyendo la capacitación, la transferencia de tecnología y el pago de un porcentaje de los beneficios comerciales derivados del uso de los recursos genéticos contenidos en el sistema multilateral y, en consecuencia, la participación financiera del sector comercial.

El tratado reconoce la enorme contribución de los agricultores, las comunidades locales e indígenas, y exhorta a los gobiernos nacionales a salvaguardar y promover los derechos de los agricultores. Éstos incluyen la protección de sus conocimientos tradicionales, el derecho a la participación equitativa en la distribución de beneficios por el uso de los recursos así como el derecho a participar en la toma de decisiones nacionales relativas a los recursos fitogenéticos.