Vehículos

¿Por qué se deben gestionar adecuadamente?

Ya en el año 2000, ante el creciente problema que suponía gestionar los residuos generados por el desguace de los vehículos, la Unión Europea adoptó medidas para el correcto diseño, fabricación y gestión de los automóviles al final de su vida útil, cuyo objetivo fundamental era disminuir la cantidad y peligrosidad de los residuos procedentes de los vehículos, así como la adecuada gestión de los residuos que en todo caso se generaran. Con esta finalidad, la Directiva 2000/53/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de septiembre de 2000, relativa a los vehículos al final de su vida útil, estableció una serie de medidas preventivas desde la fase de concepción del automóvil, tendentes a disminuir y limitar la utilización de sustancias peligrosas en su fabricación, así como a facilitar la reutilización, el reciclado y la valorización de sus distintos elementos, para reducir la afección ambiental producida por los mismos.


Los diferentes reales decretos en esta materia que han transpuesto la directiva  comunitaria, como el Real Decreto 1383/2002 de 20 de diciembre, sobre gestión de vehículos al final de su vida útil, el Real Decreto 20/2017, de 20 de enero, sobre los vehículos al final de su vida útil, o finalmente el Real Decreto 265/2021, de 13 de abril, sobre los vehículos al final de su vida útil y por el que se modifica el Reglamento General de Vehículos, aprobado por el Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, han incidido en estos principios y han buscado mejoras en la correcta gestión de los mismos en aras a una mejor protección del medio ambiente y la salud humana: 


  1. garantizar la entrega por el usuario de todos los vehículos al final de su vida útil; 
  2. la recogida de los vehículos para su descontaminación en centros de tratamiento específicamente autorizados; 
  3. la correcta gestión ambiental de los elementos y componentes extraídos del vehículo; 
  4. el cumplimiento de los objetivos de reutilización, reciclado y valorización para los automóviles gestionados;
  5. la aplicación del principio de jerarquía, en el que se incorpora la preparación para la reutilización; 
  6. el principio de responsabilidad ampliada de los productores de automóviles, por el que éstos debían hacerse cargo de los automóviles al final de su vida útil que les fueran entregados, garantizando la suficiencia de las instalaciones de recogida; 
  7. las obligaciones de información de los agentes que intervienen en la producción y gestión de residuos;
  8. la acreditación del fin de la vida útil del vehículo mediante el certificado de destrucción o el certificado de valorización emitido por el centro autorizado de tratamiento;
  9. La regulación de las instalaciones y las operaciones de descontaminación y otras operaciones de tratamiento, fijándose las condiciones de almacenamiento;
  10. el régimen sancionador.


La correcta descontaminación, separación de las piezas y componentes que puedan ser preparados para reutilización, el reciclaje de calidad, y la valorización energética de la fracción resto aporta los siguientes beneficios:


  1. Cierre del ciclo de los residuos de los VFVU con su reciclaje y posterior utilización para producir nuevos productos, en sustitución de las materias primas. 
  2. Evitar cualquier contaminación al suelo o a las aguas.
  3. Reducción del consumo de agua y electricidad.
  4. Reducción del volumen de residuos enviados a vertedero.
  5. Reducción de las emisiones de CO2.