Con la declaración del Parque Nacional de Sierra Nevada se ha dado un gran paso en perpetuar los increibles valores naturales y culturales de este enclave montañoso. Con su creación y la posterior redacción de su PRUG se pone fin a una serie de problemas que viene afectando al parque, como la presión de los herbívoros sobre las comunidades vegetales, lo problemas de sarna y parasitosis que conlleva la excesiva población de cabra montés, incendios forestales, la industria de la nieve, etc.
La actividad económica de Sierra Nevada se basa principalmente en la agricultura, que se extiende por la vertiente sur hasta más allá de los 2.000 m de altitud. Los cultivos predominantes son los de secano (almendro, olivo, higuera, vid, trigo, cebada y centeno). En valles y vegas altas tiene importancia el regadío (productos hortícolas, patata, maíz, frutales…). El éxodo rural ha dado pie a la existencia de grandes superficies no labradas.
La actividad ganadera también es importante, principalmente ovino y caprino, aunque la cabaña ha disminuido en los últimos años, cuando el exceso de reses condujo a un empobrecimiento de los pastos.
Los ganados subían a pastar a los "borreguiles", que al cabo de un tiempo y como consecuencia de la nitrificación que provoca el sobrepastoreo, se ven invadidos por especies más agresivas que compiten ventajosamente con las originales, provocando un deterioro en las comunidades vegetales originales.
La altura de las cumbres de Sierra Nevada y su fácil acceso, constituye uno de los principales atractivos de este macizo.
El turismo es una importante fuente de ingresos para la zona, sobre todo el turismo de nieve en la zona de la estación de esquí de Sierra Nevada y el turismo rural en la Alpujarra, pero en ocasiones la afluencia masiva e incontrolada de visitantes puede ser muy perjudicial para el parque, por lo que se hace necesaria su regulación.