Características técnicas.
- Cota de partida: 1300 m.
- Cota de llegada: 1300 m.
- Ascensión acumulada: 130 m.
- Descenso acumulado: 130 m.
- Longitud de circuito: 2880 m.
- Duración media: 1,5 h.
- Dificultad: baja, sobre todo en la pista de ida.
Encontrara señales indicadoras en los puntos notables que en este texto aparecen en negrita.
Recomendaciones.
- Las mejores vistas las tenemos al amanecer y atardecer, si está despejado.
- En el intervalo de 11 a 14 h. el entorno se masifica.
- Use calzado deportivo, aunque hasta las Chozas puede ir con zapatos.
El primer tramo es aconsejable para cualquier persona que pueda andar, pues es un kilómetro de pista casi llano. En dicho tramo se han colocado mesas panorámicas con topónimos, y dibujos interpretativos de determinados fenómenos naturales. En nuestra descripción comentaremos el contenido de estos dibujos.
El primero de ellos se dedica a explicar la formación de esas líneas verticales que atraviesan todas las paredes de la Caldera. Se denominan diques. Son las antiguas chimeneas de los volcanes por donde fluía la lava hacia el exterior. Al apagarse el volcán, el último material que salía, en lugar de dejar la grieta hueca se solidificó poco a poco hasta fraguarse con el entorno, aunque manteniendo sus características propias.
Cerca del aparcamiento hay un dique viejo, típico y muy descompuesto. En los bordes tiene un material de color más oscuro, donde no se pueden distinguir minerales. Corresponde a lugares donde el magma se enfrió rápidamente. A medida que el magma estaba más retirado de los bordes, parte de sus elementos se organizaron en estructuras cristalinas pudiendo distinguirse por ello minerales: de mayor tamaño los de la zona central que los de los bordes. Entre los minerales se ven piroxenos negros, y olivinos (en un principio verdes y al oxidarse, de color marrón).
De este itinerario parten otros 4 senderos señalizados. En el sentido de las agujas del reloj, el primero, nada más comenzar la pista, sube en dirección al Pico Bejenado.
El segundo panel trata de explicar que La Palma se ha formado por la acumulación de múltiples volcanes agrupados en períodos de gran actividad y con largos intervalos de descanso durante los cuales han actuado las fuerzas erosivas.
Al primer gran período, que fue en buena parte submarino, se le llama complejo basal. Su parte más alta estuvo mucho tiempo al aire por lo que se fue alterando y ahora se reconoce por tener terrenos alterados y colores más amarillentos.
Observando hacia el norte (derecha) del Parque, cerca de los pinares de Mantigua (son dos manchas de pinos aisladas en los acantilados), se aprecia por debajo de ellos un terreno de color ocre y por encima algo más grisáceo. Ese es el límite de dos grandes períodos eruptivos.
La Cumbrecita está en la parte superior del primer período eruptivo.
A unos 150 m. del aparcamiento, la tercera mesa explica la presencia de dos tipos de materiales distintos que se observa en el corte del terreno realizado por la apertura de la pista. Por un lado el material descompuesto con algunos diques de la parte alta del complejo basal, y por otro una mezcla de materiales heterogéneos en tamaño y composición que parecen haber llegado allí por un desprendimiento, riada o aluvión.
Imaginando la línea de separación de ambos se observa que el aluvión con forma de lomo, ocupa lo que antes fue un barranco a esa altura; y viceversa, el lomo que estaba al oeste (derecha) ha quedado convertido en un barranquillo, por lo que en este proceso hemos tenido una inversión del microrrelieve.
Caminando unos 100 m. pasamos junto a un gran dique gris más duro y consistente que los materiales amarillos que atraviesa, y que se desmoronan con sólo mirarlos. Ese dique es de algún volcán de tiempos más recientes, dando lugar a que por encima las paredes sean algo más estables y posibiliten la presencia de plantas, conocidas como rupícolas. El cuarto panel muestra que estas comunidades para el conjunto del Parque son las que albergan mayor número de especies. En estas dominan las plantas de hojas carnosas, en especial los bejeques de los géneros Aeonium y Greenovia aunque hay muchos más.
Más o menos a 50 m. de este lugar, delante del quinto panel aparece un paisaje muy erosionado de colores amarillos, con barranquillos y surcos que por encima, cerca del lomo, tienen unos pinos que han perdido el suelo donde nacieron y se aguantan con las raíces al aire, en un intento desesperado por vivir. La erosión es tan intensa, que en el tiempo de vida de estos árboles se han perdido hasta dos metros de suelo.
No se sabe si el proceso ha sido acelerado por la apertura de la pista, pero en otros lugares del Parque, sin esta actuación humana, también se puede observar. Podemos afirmar que en este Parque los procesos erosivos y de colonización continua son los que marcan su aspecto.
El sexto muestra al pino canario con los escasos acompañantes que hay por la zona: codeso, amagante, corazoncillo, tedera y faro.
El último panel comenta los ciclos de un incendio en el pinar. El pino canario es el único árbol español que tras el paso del fuego, rebrota por el tronco y ramas. Los efectos son muy distintos si éste quema sólo el sotobosque, dando calor a las copas del pinar; de sí se produce una combustión intensa, con un fuego que afecta también a las copas de los pinos.
En el primer caso a los dos meses el terreno vuelve a tener hojarasca, con lo que la protección del suelo es casi inmediata. Se inicia el ciclo de colonización por las plantas que requieren más luz, menos competencia y que ven estimuladas sus semillas con el calor. El corazoncillo domina ya el terreno un año después del incendio, pero sobre todo el segundo año es cuando puede cubrir el 100% de algunas laderas. Más tarde, todos los miembros del sotobosque que van apareciendo se desarrollan más o menos deprisa en función de las condiciones climatológicas.
El fuego de copas, hasta transcurridos dos años deja muy desprotegido el suelo, pues aunque el pino brota, no logra recuperar bien la copa hasta después de 8 o 10 años, el sotobosque no cubre el suelo hasta que el corazoncillo crece lo suficiente. Este tipo de incendio puede matar hasta un 5% de los árboles, parte de ellos en el propio incendio por combustión completa y parte a lo largo de los 3 o 4 años siguientes. De aquí parte el sendero que lleva al mirador de la Cancelita.
Continuando el paseo se llega hasta el mirador del Lomo de las Chozas. Si el día está despejado, podremos disfrutar con la vista de los numerosos accidentes topográficos de La Caldera.
De regreso se puede tomar el sendero que desciende unos 50 metros de cota, donde cruzamos algún barranquillo con agua, en el que empiezan a verse las plantas de ribera. Se continua hasta el mirador de Los Roques, y de ahí se inicia la subida a la Cumbrecita, dejando a la izquierda el sendero que va a la zona de acampada.
Al llegar arriba, es frecuente que al mirar al Riachuelo, (valle por el que se accede aLa Cumbrecita con los vehículos) se pueda ver la cascada de nubes que se desliza por falda oeste de Cumbre Nueva, hasta que al calentarse en su bajada y encontrar aire más seco, se van evaporando sus gotas de agua, por lo que se termina por difuminar al pie la ladera.
Este flujo regular de agua en suspensión hace que la vegetación cambie bruscamente de un pinar con sotobosque escaso de codeso y amagante, a un pinar con monteverde, y al poco, monteverde puro.
El Riachuelo fue lugar de cultivo de frutales de secano y de pastos arbustivos. Por abandono ha sido colonizado por pinos, que hoy día tienen una densidad muy alta.
Las Laderas son estos paredones que limitan el Riachuelo por el norte, con roques curiosos escalonados como los de La Perra, ya fuera del Parque. El mejor momento para observarlos es al atardecer.
Estas paredes se llenan de esbeltas cascadas efímeras en los días de grandes lluvias; la más duradera es una de las próximas a La Cumbrecita, que se conoce como de Juan Flores.
En el collado, junto al cartel indicativo de la excursión hasta la Zona de Acampada, se puede subir por el lomo, campo a través, hasta la base de los dos roques que hay al norte de La Cumbrecita. Allí se puede asegurar que está el mejor mirador de este entorno. El último sendero señalizado que sale del circuito, parte de este collado en dirección a la Ermita de la Virgen del Pino.