Según estudios de diferentes estados de la UE se puede afirmar que el peso que representan los residuos de origen comercial dentro de los municipios se mueve en un intervalo entre un 15 y un 30%, dependiendo del tipo de municipio y básicamente de la tipología y cantidad de actividad económica que éste presente (PROGREMIC 2007-2012). Esto se traduciría en que en municipios rurales o semi-rurales, seguramente el porcentaje estará alrededor del 15%, mientras que en municipios puramente urbanos se situará entre el 20 y el 30%, según características de ubicación geográfica, demográficas y socioeconómicas.
Las recogidas comerciales separadas, han tenido mucho éxito en las zonas del país donde se han implantado en lo que respecta a cantidades y calidad de los materiales de los residuos recogidos. La introducción de las recogidas comerciales para grandes productores y polígonos industriales, diferenciadas de los circuitos ordinarios se ha revelado como un eficaz instrumento para incrementar los resultados de recogida separada tanto en cantidad como en calidad. Estos sistemas son un punto de partida para fomentar la responsabilidad del productor y aplicar impuestos de recogida diferentes para los comercios en función del peso o volumen generados, pudiendo desarrollar procesos de control y sanción complementarios.
Estos servicios al comercio tienen unos efectos colaterales positivos tales como la mejora de la calidad de uso de los sistemas de recogida domiciliaria (se está desviando un volumen importante que antes tenía estos sistemas como destino), la disminución de los desbordamientos y puntos negros, la disminución de las necesidades de contenerización (en algunos casos y en algunos puntos de recogida) y un impacto positivo en la limpieza y condiciones del espacio público. La incorporación de estos sistemas conlleva una optimización de los circuitos de recogida de los residuos domiciliarios, que incluye también una mejora de los transportes de recogida, ya que posibilita la readaptación de las dotaciones a la baja y minimiza los servicios de repaso para recoger los desbordamientos o los residuos comerciales que se depositan fuera del contenedor.
La estrategia general de los modelos de gestión pasaría por ampliar las recogidas comerciales, dando prioridad a su implantación en zonas urbanas o zonas turísticas con alta concentración de actividades económicas y para los grandes productores, y en especial, para las fracciones orgánica, papel y vidrio. Esto no significa que obligatoriamente se deban incorporar más circuitos adicionales sino que se puede escoger el modelo más apropiado según las necesidades y características de cada zona:
Características de los modelos de recogida comercial
Modelo | Características[1] | Ámbitos prioritarios de implantación |
---|---|---|
Modelo integrado: El comercio utiliza los mismos contenedores y logística de recogida que usa el ciudadano. |
Costes bajos Supone que el servicio domiciliario pueda absorber estos flujos (contenerización y frecuencia) |
Zonas con baja densidad de actividad económica Actividades con poca generación de residuos (similares a los de los domicilios) |
Modelo mixto: El comercio utiliza diferentes contenedores pero la misma logística de recogida que usa el ciudadano. |
Costes intermedios Supone que la flota de recogida domiciliaria pueda absorber la recogida de contenedores comerciales (frecuencia, número de camiones) |
Zona de media densidad de población y cierta densidad de actividad económica Grandes, medios productores |
Modelo segregado: El comercio utiliza diferentes contenedores y diferente logística de recogida que usa el ciudadano. |
Costes altos Supone la existencia de equipos, material y servicios completamente independientes |
Zona con alta densidad de población y actividad económica Grandes productores |
Combinación de modelos |
En función de las necesidades de cada caso |
Municipios con combinación de zonas |
[1] Los costes adicionales del modelo escogido deben sufragarse mediante el cobro de tasas o precios públicos específicos para los comercios, calculados en función de la generación y/o el servicio prestado. Se debe tener en cuenta el cómputo global de costes y beneficios de gestión, económicos y ambientales en el momento de decidir la implantación de sistemas comerciales adicionales.