Proyecto de la Universidad de Santiago de Compostela que facilita la organización y acompañamiento de grupos de personas dispuestas a contribuir a la “descarbonización” de sus comunidades
Desarrollado por el Grupo de Investigación de Pedagogía Social y Educación Ambiental (SEPA) de la Universidad de Santiago de Compostela, pretende aumentar la resiliencia comunitaria y facilitar la transición ecológica de cara a sociedades de bajas emisiones.
Metodología:
El Proyecto Descarboniza se construye sobre tres pilares:
1. La necesidad de apostar por iniciativas socioeducativas para abordar el cambio climático. La dimensión social debe incorporarse a las medidas de adaptación y mitigación. Es decir, es necesario analizar las variables socioeconómicas, de gobernanza y de educación y comunicación para diseñar políticas ambientales verdaderamente efectivas.
2. La urgencia de estas iniciativas para tener en cuenta la representación social del cambio climático. La información no es suficiente para poder llegar a la población e impulsar los cambios necesarios. Aquí es donde la representación social de la problemática se vuelve decisiva; es decir, saber cómo la población sabe, percibe y valora el cambio climático, y especialmente las implicaciones que puede tener y tiene en sus vidas.
3. Aprovechar las prácticas y dispositivos educativos exitosos de diversas organizaciones y movimientos sociales. El análisis y la evaluación de prácticas y dispositivos educativos exitosos, como las ciudades post-carbono, el movimiento lento o el movimiento de ciudades en transición, que han incorporado acciones e iniciativas innovadoras, son una fuente de inspiración en el diseño de la metodología de trabajo.
A lo largo de varias semanas, se desarrolla una secuencia de trabajo en la que los participantes, que no tienen que tener un conocimiento específico sobre el tema, analizan y reflexionan sobre las causas y consecuencias del cambio climático, e identifican y proponen acciones que pueden poner en marcha para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de forma individual y colectiva.
Los grupos, a través de diferentes dinámicas, deciden qué hacer para reducir sus emisiones en áreas significativas de sus vidas. La reflexión y decisión conjunta, así como el apoyo grupal, tienen como objetivo lograr los siguientes propósitos: corresponsabilidad con el problema, que afecta positivamente lo que se puede hacer, especialmente colectivamente; la organización de actividades conjuntas, que se conectan con los sentimientos de los participantes y con su vida diaria; el refuerzo intragrupal de las acciones a tomar, especialmente a nivel emocional; el sentimiento de identidad de la comunidad, mientras asume sus límites y desarrolla su potencial.