El accidente del Prestige ha sido uno de los pocos en los que se ha recogido mayor cantidad de hidrocarburo en el mar. La catástrofe puso de relevancia la necesidad de luchar contra los vertidos marítimos en el momento en que se produzcan, evitando la llegada del fuel a la costa, donde se incrementa exponencialmente su daño.
Durante las primeras semanas de la catástrofe, se movilizan paulatinamente medios nacionales y extranjeros para la detección de manchas y recogida del fuel en el mar. Entre los medios nacionales con los que se cuenta a lo largo de estas semanas están helicópteros, aviones, remolcadores, embarcaciones de Salvamento Marítimo, de la Guardia Civil y de los Servicios de Vigilancia Aduanera.
A estos medios se fueron uniendo otros internacionales, como aviones y buques anticontaminación de Portugal, Francia e Italia, entre otros. En la siguiente tabla se puede ver con claridad en qué momento se fueron incorporando estos momentos durante los primeros días.
Helicópteros, barcos y aviones participaron en la detección y recogida de fuel, junto con medios materiales fijos como la instalación de barreras. No obstante, las condiciones meteorológicas dificultaron el empleo de las mismas.
En las labores de recogida de fuel, cabe destacar las actividades desarrolladas por los barcos pesqueros y auxiliares de bateas (mejilloneros). En un primer momento, de manera espontánea, evitaron con el esfuerzo de sus tripulaciones la entrada del fuel en las Rías Bajas y, posteriormente, a partir de febrero, recogiendo los restos de fuel que por su tamaño y características no podían ser retiradas por los buques anticontaminación.
Esta última actuación fue fundamental cuando la mancha principal se disgregó y derivó hacia las costas del Cantábrico, en los meses posteriores a la catástrofe y hasta la primavera-verano de 2003.
La siguiente gráfica muestra la evolución de la recogida de fuel en el mar durante los primeros meses tras el accidente del Prestige.