Diciembre 2013
El cambio en la movilidad urbana es uno de los temas de la edición 2013 del informe anual “Transport and Environment Reporting Mechanism” (TERM) de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que presenta un análisis detallado de los efectos del transporte sobre el medio ambiente en la Unión Europea.
El transporte urbano tiene un destacado efecto sobre la calidad de vida de las tres cuartas partes de europeos que viven en entornos urbanos. El tráfico rodado es una importante fuente de contaminación del aire en las ciudades, lo que supone una exposición de gran parte de la población a altos niveles de contaminación, por encima de los estándares de la Unión Europea y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Octubre, las Naciones Unidas subrayaron la seriedad de este hecho, clasificando la contaminación del aire como cancerígena.
El ruido causado por el tráfico es también un problema importante en muchas ciudades. Más de una cuarta parte de los habitantes de Sofía, Luxemburgo, París y Tallín están expuestos a niveles nocturnos de ruido por encima de los límites de la OMS, según los datos disponibles de 17 capitales europeas, publicados en el informe. La calidad de vida se ve también afectada por los tiempos que se emplean para trasladarse y realizar las actividades diarias, siendo los ciudadanos de Londres y Budapest los que más probabilidades tienen de tardar más de una hora para llegar al trabajo, según una encuesta en 75 ciudades de la Unión Europea y Turquía.
Muchas ciudades han mejorado satisfactoriamente su medio ambiente urbano animando a las personas a cambiar a modos no motorizados (a pie o en bici) y al uso del transporte público para realizar sus viajes, restringiendo al mismo tiempo el uso del coche. A pesar de cierta oposición inicial, estos sistemas suelen lograr el apoyo de los ciudadanos, destaca el informe, citando como ejemplo el peaje urbano de Estocolmo. El informe argumenta que estos ejemplos positivos deberían animar a otros municipios a reproducir estas políticas.
Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la AEMA, afirma que: “Muchas ciudades están empleando ideas innovadoras que harán que los sistemas de transporte basados en el coche parezcan una idea del siglo pasado. La vida en la ciudad no tiene por qué suponer contaminación del aire, tráfico, ruido y largos tiempos de viaje. Existen nuevas ideas aplicables al transporte urbano que están transformando muchas ciudades en lugares más placenteros y saludables para vivir”.
La mejora de las infraestructuras para el uso cotidiano de las bicicletas crea un patrón propio de refuerzo que aumenta el tráfico de estas, señala el informe, que remite a la lista de ciudades que más apoyan el uso urbano de la bici (Copenhagenize Index 2013). Por ejemplo, la lista señala a Sevilla, que ha pasado rápidamente a la cuarta posición del ranking debido a la importante mejora de las infraestructuras ciclistas, lo que ha permitido que el impacto de la bici en la movilidad urbana pase de un 0,5 % de los kilómetros recorridos al 7 % en unos pocos años.
El informe TERM de la AEMA también incluye otros indicadores que miden los cambios del transporte en relación al medio ambiente. El informe indica que los gases de efecto invernadero emitidos por el transporte en el conjunto de la Unión Europea han disminuido ligeramente (0.6 %) entre 2010 y 2011, sin embargo, se necesitan descensos anuales más pronunciados para que se pueda alcanzar el objetivo de reducir las emisiones en un 60 % en 2050 con respecto a los niveles de 1990, ya que las emisiones actuales están un 25 % por encima de los valores de ese año. La reducción global ha estado limitada por un aumento de las emisiones de la aviación, que se incrementaron un 2,6 % entre 2010 y 2011.
Información: Informe AEMA “Transport and Environment Reporting Mechanism” (TERM)