¿Cómo se vive en las 5 ciudades más verdes del planeta?

Ciudades verdes

Enero 2015

Los esfuerzos medioambientales de una ciudad, desde implantar carriles para las bicicletas hasta favorecer los mercados de agricultores locales o lograr tener el aire limpio, no sólo son una ayuda para el planeta sino también para los vecinos.

Según el Índice de Ciudades Limpias de Siemens, un proyecto que lleva a cabo la Unidad de Inteligencia de la revista The Economist, las ciudades más "verdes" son las que mejor gestionan las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el transporte público, el desecho de los residuos y, en general, los asuntos medioambientales.

La BBC describe cómo se vive en algunas de las ciudades más verdes del mundo.

Vancouver, Canadá. En comparación con otras ciudades de su tamaño analizadas en el índice mencionado, Vancouver obtiene buenos resultados en emisiones de CO2 y en la calidad del aire, en parte debido a los esfuerzos de la urbe por promover las energías verdes y el uso de la hidroeléctrica. Vancouver se comprometió a reducir un 33% sus emisiones de aquí a 2020. Vancouver ha tenido una contracultura verde desde la década de 1960 y en todo el mundo se la reconoce por haber sido la ciudad donde nació la organización Greenpeace. Las montañas presiden la ciudad, que es considerada como parte de algo más grande y bello. Mientras otras ciudades seguían construyendo carreteras y promoviendo los automóviles y la dispersión urbana, Vancouver se mantuvo fiel a la vida en la ciudad, como muestra el desarrollo de la Isla de Granville, una península para peatones con mercados y estudios de arte.

Curitiba, Brasil. De todas las ciudades que figuran en el índice para Sudamérica, solo Curitiba está por encima de la media en las clasificaciones medioambientales. Tras construir uno de los primeros sistemas de autobuses urbanos del mundo en la década de 1960 y desarrollar un programa de reciclaje pionero en la década de 1980, la ciudad situada en el sur de Brasil sigue estando en la vanguardia del pensamiento verde. De hecho, la gran utilización del transporte público hace que Curitiba figure en la cumbre del índice en cuanto a calidad del aire. Sin embargo, la ciudad necesita un poco de revitalización. Aunque Curitiba planea construir un sistema de metro y más de 300 kilómetros adicionales de carriles para las bicicletas, estos proyectos son caros y la ciudad necesita más financiación para poder completarlos.

Copenhague, Dinamarca. Aunque otras ciudades escandinavas como Oslo y Estocolmo le pisan los talones, Copenhague sigue siendo, año tras año, la ciudad más verde de Europa. Casi todos sus habitantes viven a 250 metros como máximo del transporte público y más del 50% utilizan la bicicleta para sus desplazamientos diarios. Como resultado, Copenhague tiene unas emisiones de CO2 muy bajas para una ciudad de su tamaño. Aunque toda la ciudad es buena para las bicicletas, los distritos de Nørrebro en el noroeste y de Frederiksberg en el oeste están especialmente comprometidos con este medio de transporte. Se ha gastado mucho dinero para crear la Ruta Verde, un carril de nueve kilómetros para caminar e ir en bici. La Ruta Verde se hizo para ayudar a los ciclistas a moverse por la ciudad de forma rápida y fácil y disfrutando de unas vistas bonitas, pero no se trata solo de un carril: está llena de zonas verdes, parques infantiles, bancos y distintos terrenos. La ruta acaba en Valby, a cuatro kilómetros del centro, en un barrio popular por sus parques, sus escuelas y la seguridad de sus calles.

San Francisco, Estados Unidos. Es la ciudad más verde de Estados Unidos según el índice. La ciudad tiene una larga historia de progresismo y conciencia medioambiental, desde la fundación del grupo ambiental Sierra Club en el siglo XIX. San Francisco tiene una tasa de reciclaje del 77%, una de las mayores del mundo. Está rodeada de una belleza natural imponente. Muchos habitantes, además, se preocupan por la comida que compran y se esfuerzan en que sea producida en las proximidades. Por eso, muchos barrios tienen sus propios mercados de agricultores locales, cada uno con su propia personalidad.

Ciudad del Cabo, Sudáfrica . La segunda ciudad de Sudáfrica está haciendo los mayores avances del continente en ese sentido, en parte por sus políticas de conservación de la energía y el mayor uso de fuentes energéticas renovables. En 2008, Ciudad del Cabo empezó a utilizar energía de su primer parque eólico y pretende obtener el 10% de su energía de fuentes renovables de aquí a 2020. Estos esfuerzos están cambiando la vida en la ciudad: se están creando nuevos carriles para las bicicletas, los mercados de agricultores locales son muy populares y los cocineros dan importancia a los ingredientes cercanos. La ciudad podría hacer todavía más para mejorar el transporte público y evitar la escasez eléctrica que es cada vez más frecuente. Los habitantes de Ciudad del Cabo hacen mucha vida en la naturaleza y no temen subirse a una bicicleta para moverse de un sitio a otro.

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