Un conjunto de sierras litorales determina estas zonas costeras, en las desembocaduras de los ríos existen llanuras costeras amplias, aunque no son predominantes. El clima es de tipo mediterráneo cálido, de veranos secos e inviernos suaves.
De entre el gran número de cursos fluviales de esta área, destaca el Ebro. Su considerable caudal y transporte de sedimentos, unido al régimen de mareas y corrientes, ha propiciado la formación de un gran delta.
En la costa de Murcia y Alicante, el efecto del viento sobre la arena ha dado origen a un conjunto de cordones dunares. En Murcia, destaca la formación costera de la Manga del Mar Menor, que corresponde a un medio de temperatura y salinidad mayor a la del mar exterior.
En el norte de Alicante existe un paisaje litoral de calas y acantilados que, a pesar de presión turística, mantiene la belleza y un cierto grado de conservación de sus valores naturales.
La zona litoral entre el Cabo de San Antonio en Valencia y Peñíscola en Castellón, se encuentra en regresión debido a la disminución de los sedimentos de los ríos y a la interrupción de la dinámica litoral por la construcción de infraestructuras portuarias. Esta franja litoral linda con marjales intensamente transformados por la actividad agraria.
El delta del Ebro y la Costa Brava, recortada con playas encajadas en las calas, son las dos unidades ambientales más características de la costa catalana.
Los enclaves de mayor valor ecológico de la costa mediterránea de la Región de Murcia, Comunitat Valenciana y Cataluña son: las zonas húmedas litorales, los cordones dunares, los macizos rocosos que dan origen a acantilados, las pequeñas islas e islotes y determinadas áreas de fondos marinos, en donde destacan las praderas de posidonia.