El pasado 2 de octubre tuvo lugar en Madrid la reunión “Climate and Energy Summit”, co-organizada por la Agencia Internacional de la Energía y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La cumbre reunió en el Teatro Real de Madrid a 30 delegaciones de todo el mundo (UE, Latinoamérica, África, Norteamérica, Asia y Oceanía).
El principal objetivo de la reunión era establecer un lugar común de debate entre diferentes países del mundo junto con organizaciones de referencia como la IEA para comenzar a crear las condiciones y alianzas necesarias para aprobar objetivos ambiciosos en materia energética en la COP28 que tendrá lugar en Dubái en diciembre de 2023.
Durante la Cumbre no solo se contó con la presencia de representantes gubernamentales sino también con representantes del sector civil y de la industria energética. Por parte del sector civil estuvieron presentes la European Climate Foundation o activistas climáticos, siendo el Club Español de la Energía el representante del sector.
Ambos sectores (sociedad civil e industria) mantuvieron bajo el paraguas de esta cumbre, dos reuniones paralelas con diferentes agentes sociales el viernes 29 de septiembre, con el objetivo de presentar en la Cumbre ante los Ministros y altos representantes propuestas de cara a acelerar los objetivos de descarbonización del sector energético.
Durante la mañana tuvo lugar la mesa redonda donde pudieron exponer sus propuestas. Una mesa redonda a la que se sumaron más tarde ministros de algunos países para poder mantener un debate entre sociedad civil, industria y gobiernos.
A continuación, tuvo lugar la primera sesión plenaria entre los ministros y altos representantes. Sesión que continuaría por la tarde y que tendría como resultado final una declaración de los co-organizadores (IEA-MITECO) en la que se recogían las diferentes sensibilidades que se habían manifestado durante toda la jornada en los plenarios. Dicho documento no fue firmado ni ratificado por los países, su finalidad era recoger las ideas presentadas y sintetizadas.
La declaración final de los organizadores enfatiza en las advertencias científicas sobre el calentamiento global, subrayando que el año 2023 podría ser el más cálido registrado. Se hace hincapié en la necesidad de actuar rápidamente para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
Se destaca la importancia del informe reciente de la IEA, que identifica acciones clave para reducir las emisiones y alcanzar la meta de 1,5ºC, como triplicar la capacidad de energías renovables, duplicar la mejora en eficiencia energética y reducir las emisiones de metano en un 75 % para 2030.
El comunicado aborda la transición hacia sistemas energéticos sin emisiones netas de CO2, subrayando la necesidad de reducir el uso de combustibles fósiles y acelerar la transición hacia tecnologías de energía baja en emisiones.
Se enfatiza la importancia de una transición colaborativa, inclusiva y centrada en las personas, con un enfoque en aumentar la inversión en energía baja en carbono en países en desarrollo y reformar instituciones financieras multilaterales.
Se establecen objetivos clave para la COP-28, como triplicar la capacidad de generación de electricidad renovable para 2030, duplicar la mejora en la intensidad energética global y eliminar gradualmente los combustibles fósiles, incluyendo la no aprobación de nuevas plantas de carbón sin captura de emisiones.
Finalmente, se destaca el papel crucial de la industria de combustibles fósiles y las economías productoras en comprometerse con objetivos de emisiones netas cero y reducir las emisiones de metano en un 75 % para 2030, así como invertir e innovar en soluciones de bajas emisiones.