Por minería se conoce la actividad industrial consistente en la extracción selectiva de rocas y minerales existentes en la corteza terrestre, de forma que sea económicamente rentable. En sentido amplio, el término minería incluye, además de las operaciones subterráneas o a cielo abierto que requieran la aplicación de técnica minera o el uso de explosivos, las necesarias para el tratamiento de las sustancias extraídas, tales como su trituración, clasificación por tamaños, lavado, concentración, etc., con el fin de acondicionar dichas sustancias para su venta.
La industria extractiva tiene un papel estratégico como suministrador al resto de la industria de muchas de las materias primas básicas para la sociedad moderna, de tal forma que las posibles dificultades en el suministro de estas materias primas minerales pueden afectar al funcionamiento de la actividad industrial. En esta línea, la Unión Europea viene desarrollando desde 2008 la Iniciativa de Materias Primas (RMI) con el objetivo principal de garantizar el acceso a estas materias primas, fomentar su obtención de fuentes europeas y aumentar la eficiencia en el uso de los recursos, potenciando el reciclaje, a fin de reducir la dependencia de terceros países.
Más recientemente, se ha reformulado considerablemente la aproximación a las dependencias estratégicas y energéticas. En este sentido, las materias primas fundamentales han recibido un impulso renovado que se ha materializado, entre otros, en la aprobación en septiembre de 2020, por parte de la Comisión Europea, del Plan de Acción de Materias Primas Fundamentales, construido sobre la base de la mencionada iniciativa RMI y en una llamada a extender el concepto de seguridad de suministro energético para incorporar las materias primas críticas y productos intermedios necesarios para reforzar la autonomía estratégica europea, dentro del Plan REPowerEU.
Los pasos para garantizar el acceso a las materias primas se materializan, en la Unión Europea, a través de distintas acciones, tales como el lanzamiento en 2017 de la Alianza Europea por las baterías y la más reciente, en septiembre de 2020, Alianza Europea de Materias Primas (ERMA). Al mismo tiempo, se revisa periódicamente la lista de materias primas críticas para la industria europea. La última revisión (septiembre de 2020), ya la incorporaba minerales de gran potencial en la minería española, como el estroncio o el litio.
A nivel nacional, se cuenta con herramientas como la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050, la Estrategia España Circular 2030, el PNIEC , la Ley de Cambio Climático y Transición Energética o la Estrategia de Seguridad Nacional (febrero 2022) que, ante la previsión del aumento de la demanda de materias primas estratégicas, llama a una reducción de las dependencias estrategias mediante la diversificación de la producción y el suministro, el mantenimiento de reservas y el impulso a la producción e inversión doméstica.
La Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) se alinea con los objetivos de los dos planes de acción de economía circular de la Unión Europea, “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular” de 2015 y “Un nuevo Plan de Acción de Economía Circular para una Europa más limpia y competitiva” de 2020, además de con el Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
Además, la descarbonización de la economía requiere del acceso a nuevos tipos de recursos minerales que son esenciales para su electrificación, para el desarrollo de las energías renovables y más limpias y de tecnologías ecoeficientes. Mediante la explotación sostenible de yacimientos de los más de 70 minerales y rocas que se pueden encontrar en el país y, en particular del litio o las tierras raras, será posible, por ejemplo, la fabricación de baterías para el vehículo eléctrico o la digitalización de la economía. Además, un suministro de proximidad permitirá reducir las necesidades de transporte, limitando las emisiones y los impactos correspondientes a escala global.