Vancouver: la ciudad sostenible del futuro

Vancouver
Abril 2018

Situada entre las montañas y el océano, la ciudad canadiense aspira a ser la más verde del mundo en 2020 y a funcionar solo con energía renovable en 2050.

Todo empezó a gestarse en Vancouver allá por 2009. Un grupo de expertos locales creó el Greenest City Action Team (Equipo de acción de la ciudad más ecológica), con un soporte total por parte del Ayuntamiento de la ciudad. Se definieron 10 áreas de acción principales, dentro de las cuales se empezaron a desarrollar e implementar acciones y proyectos con toda clase de personas implicadas: políticos locales, organizaciones, empresas y sobre todo, los ciudadanos.

El movimiento Greenest City 2020 de Vancouver tiene como gran protagonista a la comunidad, a esa especie de ente invisible formado por personas de a pie, que en el fondo son o deberían ser quienes tengan el poder de cambiar las cosas.

Esta intención clara de empoderar a la comunidad se une al sentimiento integrador que caracteriza a Vancouver, una ciudad en la que viven personas procedentes de muchos países diferentes. Acostumbrados a la integración cultural, han apostado fuerte porque parte de ésta se dedique a informar a las diferentes comunidades sobre medidas para controlar y reducir su consumo energético. Con este objetivo específico nació el proyecto Empower Me, que designa a miembros de diferentes procedencias para que ayuden a explicar a los recién llegados las medidas de eficiencia energética previamente acordadas.

Este proyecto, además de ayudar a los ciudadanos y ciudadanas a ahorrar en la factura de la luz y a cuidar el medio ambiente, avanzando en el movimiento Greenest City 2020, refuerza la condición de ciudad de acogida que caracteriza a este excepcional mix de culturas canadiense.

La Energía 100% verde es uno de los subproyectos que mira más allá de 2020. Y es que viendo que en 2015 se había conseguido el 80% de los objetivos iniciales y habiendo detectado nuevas necesidades, las autoridades de Vancouver creyeron que había que aprovechar el impulso. En ese contexto nació un nuevo y ambicioso objetivo: conseguir que la ciudad funcionara únicamente con energía 100% renovable en 2050. Las medidas para conseguirlo se recogen en el programa Renewable City Strategy.

Las principales pasan por potenciar la instalación de placas solares para autoconsumo, colaborar con las compañías eléctricas para garantizar la implementación de las smartgrids (redes inteligentes) en la ciudad, adaptar y renovar el transporte público a soluciones de movilidad eléctrica y procurar que los nuevos edificios construidos sean cero emisiones en 2030, reformando los existentes para conseguirlo. Como dato, decir que entre 2010 y 2014 se invirtieron 31 billones de dólares para conseguir todo esto, con los consiguientes puestos de trabajo que estos proyectos generan.

Otro objetivo de la ciudad es reducir la huella de carbono. El Lighter Footprint Project (Proyecto para una huella menor) tiene como misión reducir la huella de carbono de los ciudadanos de Vancouver. Esta huella es el indicador con que se mide cuánto contamina cada persona, la “huella” que deja su paso por el planeta. Para calcularla se tienen en cuenta los medios de transporte que usa, sus desechos, sin los recicla o no, el uso que hace del agua y la electricidad, etc.

Este proyecto, impulsado por el centro de experimentación City Studio, propone desde 2011 que estudiantes, ciudadanos y autoridades planteen ideas para reducir la huella de carbono y acercarse así a los objetivos de 2020. Las cifras respaldan su éxito: cuentan con la participación de más de 12.000 personas, se han creado 205 proyectos y se han dedicado más de 100.000 horas a formación técnica e innovación. 

Otra área de acción de Vancouver es la agricultura ecológica y reciclaje de desechos orgánicos. Aunque normalmente el transporte o la energía eléctrica tengan más protagonismo, la alimentación es un área importantísima en materia de sostenibilidad.

Dentro del movimiento Greenest City 2020 de Vancouver lo tienen muy claro y, por ese motivo, están destinando gran parte de los recursos a promover la agricultura sostenible. Victory Gardens, una empresa local, está siendo la gran impulsora en esta materia, transformando una gran cantidad de espacios de la ciudad en huertos urbanos.

Ésta y otras organizaciones también están creando jardines comunitarios, mercados agrícolas y granjas urbanas. Algunos de estos proyectos están pensados para que los gestionen los propios vecinos y otros han generado nuevos puestos de trabajo y planes de formación, ambos dirigidos en su mayoría a los colectivos más desfavorecidos.

Por otro lado, tras haber detectado que los residuos de alimentos suponían un 40% de los desechos totales, el distrito regional de Metro Vancouver prohibió que los restos de comida fueran desechados como basura. La separación de residuos orgánicos se lleva a rajatabla tanto a nivel doméstico como en el sector de la restauración, los hoteles, los colegios, etc. Con esta medida, además de reducir el nivel de gases de efecto invernadero que generan estos residuos en los vertederos, se reutilizan como abono para jardines y granjas.

Información: Green Vancouver
Fuente: Blog HolaLuz

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