El año hidrológico 2022-2023 en España se caracterizó por una sequía de notable intensidad, afectando diversas cuencas hidrográficas y sectores económicos clave.
Este Informe tiene por objeto presentar con un cierto detalle la gran labor desarrollada para gestionar la sequía del año 2022-2023 en las cuencas intercomunitarias de España.
La Dirección General del Agua cree necesario poner en conocimiento de todos los actores interesados, y de la ciudadanía en general, la importante y abnegada tarea de gestión que conlleva cada año poner el agua a disposición de los usuarios, lo cual resulta especialmente complicado en periodos de sequía como el vivido.
Por la Subdirección General de Planificación Hidrológica se efectúa un seguimiento mensual de la evolución en los distintos sistemas de explotación de las distintas cuencas hidrográficas de España, evaluando su situación en base a los indicadores aprobados en los Planes Especiales de Sequías. La Subdirección General de DPH e Infraestructuras (SGDPHI) ha completado esta información con la gestión real que, para aplicar las medidas previstas en dichos PES, llevan a cabo los usuarios y los órganos de gestión en régimen de participación de las distintas Confederaciones Hidrográficas.
En el informe se reflejan todas las medidas que se fueron aplicando en las diferentes demarcaciones hidrográficas frente a las diferentes situaciones de escasez coyuntural que tuvieron lugar a lo largo del año, afectando de manera diferente a los territorios: mientras que en las demarcaciones del Cantábrico, Miño-Sil y Tajo la situación fue de normalidad con ausencia de sequía prolongada, al igual que en el Júcar (excepto en el sistema Palancia), en el Segura la situación fue de prealerta, al igual que en algunos sistemas del Duero. La sequía y consiguiente escasez ha impactado especialmente en la cuenca del Guadalquivir, donde la situación fue crítica, y en las cuencas del Guadiana (zona oriental) y en la cuenca del Ebro (en la parte baja de la cuenca y en el sistema Segre fundamentalmente).
Como se expone en el informe, el año 2022-2023 ha exigido un gran esfuerzo de gestión por la administración hidráulica, y especialmente por las Confederaciones Hidrográficas y por las Comunidades de Usuarios. Gracias a su labor, al patrimonio hidráulico existente, y a la disponibilidad de datos y planes para afrontar este tipo de situaciones, se puede afirmar que nuestro Sistema Español de Gobernanza del Agua ha superado satisfactoriamente una gran prueba de estrés en el año hidrológico 2022–23.”