Etiquetado energético

El etiquetado energético irrumpió en el mercado en 1994 como una herramienta fundamental para promover el consumo responsable de energía en hogares y empresas. Desde entonces, se ha convertido en un referente reconocido por casi el 95% de la población europea. Los consumidores lo tienen en cuenta cada vez más a la hora de elegir sus productos, impulsando a su vez a las empresas a diseñar productos más eficientes energéticamente. Este cambio de paradigma ha permitido a los usuarios ahorrar dinero en sus facturas energéticas y ha contribuido a la reducción del consumo total de energía primaria en la UE en un 10%.

La normativa por la que se regula el etiquetado energético es el Reglamento (UE) 2017/1369 del Parlamento Europeo y del Consejo de 4 de julio de 2017 por el que se establece un marco para el etiquetado energético y se deroga la Directiva 2010/30/UE, y su desarrollo en Reglamentos Delegados para familias de productos consumidores de energía (disponibles en el apartado de "Normativa").