Preguntas frecuentes

En España se han puesto en marcha diversas iniciativas para asegurar que los productos que se comercializan cumplan con los requisitos de etiquetado energético y para fomentar el uso de productos más eficientes. Entre las principales destacan:

  • MENVIME (Marco Estratégico Nacional General para la Vigilancia del Mercado de Productos no alimentarios).
  • Plan Sectorial de Vigilancia de Mercado de Etiquetado Energético.
  • Observatorio de Vigilancia de Mercado.

Estas iniciativas, en conjunto, contribuyen a garantizar que los consumidores dispongan de información precisa y veraz sobre la eficiencia energética de los productos, fomentando así la elección de productos más eficientes y reduciendo el consumo energético. Además, ayudan a proteger el mercado de prácticas desleales y a garantizar la competencia leal entre los diferentes agentes económicos.

El Registro Europeo de Productos para el Etiquetado Energético (EPREL, por sus siglas en inglés) es una base de datos que contiene información sobre todos los productos con etiqueta energética que se venden en la Unión Europea. El objetivo de EPREL es facilitar a los consumidores el acceso a la información sobre la eficiencia energética de los productos para que puedan elegir con conocimiento de causa cuando compren nuevos aparatos.

Un fabricante es una persona física o jurídica que fabrica un producto, o que manda diseñar o fabricar un producto, y que comercializa ese producto con su nombre o marca comercial; mientras que un proveedor es un fabricante etablecido en la Unión, el representante autorizado de un fabricante no establecido en la Unión, o un importador, que introduce un producto en el mercado de la Unión.

El Sistema de Información y Comunicación para la Vigilancia de Mercado (ICSMS, por sus siglas en inglés) es una plataforma de comunicación global para la vigilancia del mercado de productos no alimentarios y para el reconocimiento mutuo de mercancías. También un mecanismo de inteligencia para el intercambio fiable de información entre autoridades.

La función última del ICSMS es ayudar a la Unión Europea a cumplir uno de sus principales objetivos políticos, es decir, garantizar la fiabilidad y la coherencia en la aplicación y el cumplimiento de la legislación del mercado interior europeo sobre productos no alimentarios.

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