Líneas de acción

PAAS

El Plan de Acción de Aguas Subterráneas (2023-2030) contempla 5 líneas de acción:

1. Mejora del conocimiento

El conocimiento es la base para una correcta gestión de los recursos subterráneos y la adecuada toma de decisiones. El adecuado conocimiento hidrogeológico contribuirá a alcanzar el objetivo del buen estado cuantitativo y químico de las masas de agua subterránea, así como los objetivos de las zonas protegidas y ecosistemas asociados, todo ello compatibilizándolo con una utilización sostenible de las aguas subterráneas para los diferentes usos. En la mejora del conocimiento se incluyen los estudios hidrogeológicos generales, la modelación numérica de las aguas subterráneas, entre otras actuaciones.

2. Impulso a los programas de seguimiento

Los programas de seguimiento son una herramienta básica para la gestión del agua. Las redes de control son el instrumento fundamental para la vigilancia del estado de las masas de agua subterránea, pues deben proporcionar la información necesaria para evaluar el estado de las mismas, tanto cuantitativo como químico, la efectividad de las medidas adoptadas y el grado de cumplimiento de los objetivos establecidos. Con el objeto de obtener una visión general coherente y completa del estado de las aguas en cada demarcación hidrográfica el artículo 8 de la Directiva Marco del Agua obliga a los Estados miembros a establecer programas de seguimiento. El impulso a las redes de seguimiento incluye tanto la diagnosis general del estado de los programas de seguimiento existente como propuestas para la consolidación, ampliación y mejora de las redes tanto cuantitativo como químico.

3. Protección frente al deterioro de las aguas subterráneas

La contaminación de las aguas subterráneas es uno de los graves problemas a los que se enfrenta Europa desde hace ya muchos años, incluso limitando la posibilidad de abastecimiento humano en algunas zonas del territorio.

Los importantes problemas de contaminación difusa están originados tanto por la contaminación por nitratos como por otros contaminantes, como los plaguicidas utilizados en la agricultura, que de forma creciente están produciendo efectos adversos sobre la salud humana y el medio ambiente. En un segundo plano no hay que olvidar la existencia de fuentes de contaminación puntual, como vertidos directos o indirectos de aguas residuales o contaminantes industriales, fugas de tanques y depósitos al subsuelo, contaminación a través de pozos y sondeos, etc.

Se incluye la conservación de la Reserva Naturales Subterráneas y su puesta en valor, así como los perímetros de protección para captaciones de agua potables y zonas de especial interés.

4. Digitalización y control de usos

En consonancia con el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Digitalización del Ciclo del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el presente Plan de Acción de Aguas Subterráneas impulsa la digitalización en el ciclo del agua, que incluye tanto la de los organismos de cuenca como la de los distintos sectores implicados en los usos del agua.

La digitalización incluye tanto la digitalización interna de los Organismos de cuenca como el PERTE de digitalización del ciclo del agua, que fomenta el control digital o electrónico en el control de los usos del agua, tanto en la gestión del abastecimiento como en saneamiento y depuración, con el objeto de reducir consumos, mejorar la gestión del riego y disminuir el uso de fertilizantes y plaguicidas. Además, se dispone de un gestor documental llamado ADEPAS con la información hidrológica recogida hasta el momento en diferentes estudios hidrogeológicos.

5. Gobernanza y marco normativo

Las funciones de la gobernanza tienen que ver con la identificación de los objetivos y prioridades de la política del agua; la generación y actualización del conocimiento necesario para su desarrollo e implementación; la movilización de los recursos (humanos, financieros, institucionales) necesarios para alcanzar los objetivos fijados; el desarrollo del marco regulatorio y normativo que determina el modo en el que se desarrollan las políticas; el establecimiento de los mecanismos de implementación, seguimiento y evaluación continuada de las políticas; y el desarrollo de los instrumentos de resolución de conflictos que inevitablemente surgen entre actores con intereses y comprensiones de la realidad diferentes y, con frecuencia, contrapuestos.

Se incluyen modificaciones normativas, la constitución de comunidades de usuarios (CUAS) además de actividades formativas.