El uso de envases reutilizables ha experimentado un progresivo descenso en las últimas décadas, sustituyéndose por los envases y embalajes desechables o de un solo uso, los cuales han sufrido un fuerte incremento debido a un cambio de los hábitos de consumo condicionado por la oferta de productos del mercado y el márqueting asociado.
Este cambio ha comportado un incremento de la cantidad y tipo de residuos de envases y embalajes, puesto que son bienes fabricados con varios tipos materiales y con una corta vida útil. Generalmente están asociados a estrategias de marketing por las cuales se ofrecen, cada vez más, productos con más cantidad y variedad de materiales, llegando en algunos productos a un sobre-uso del embalaje y envase donde, en muchos casos, se pierde el objetivo de contenedor o protector del producto para el cual tendrían que haber sido diseñados.
Por ello, las actuaciones que se pueden llevar a cabo en materia de prevención son:
Estos elementos pueden ser: capazos, cestas o carros para la compra, bolsas de compra reutilizables, cajas reutilizables (de cartón, de plástico plegables).
Para fomentar la prevención y promover la reutilización, la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, establece que se podrán adoptar medidas destinadas a facilitar el establecimiento de sistemas de depósito, devolución y retorno cuando así se haya establecido mediante desarrollo reglamentario y, evaluando previamente su la viabilidad técnica y económica y el conjunto de impactos ambientales, sociales y sobre la salud humana de estos sistemas para los siguientes tipos de envases:
a) Envases industriales,
b) Envases colectivos y de transporte,
c) Envases y residuos de envases de vidrio, plástico y metal,
d) Otros productos reutilizables.