Cultura

      

 

Hasta el descubrimiento de América en 1492, la isla de El Hierro se consideraba el límite del mundo conocido en la antigüedad, así desde el Siglo II se aceptó, que el meridiano 0º pasaba por El Hierro en su punto más occidental, Orchilla; como aparece en los primeros mapas de las tierras exploradas hechos por la Escuela Alejandrina y Ptolomeo. Igualmente, en mucha cartografía posterior, incluso en mapas de los siglos XVI y XVII, aparece el meridiano de Orchilla como “Meridiano cero”, punto de referencia mundial para la navegación. Si bien existieron muchas otras referencias, el meridiano de El Hierro fue uno de los más usados hasta que se adoptó en 1884, el meridiano de Greenwich como referencia para la medición de longitudes. Por este motivo la isla de El Hierro es también es conocida como Isla del Meridiano.

El Faro de Orchilla, aunque por su fecha de construcción (entre 1924 y 1933) es relativamente moderno, es el edificio civil más importante de la isla de El Hierro. De grandes proporciones, está construido enteramente en piedra de cantería traída desde el municipio grancanario de Arucas.

Como elemento cultural asociado al medio marino de El Hierro, y aunque ya no estén en funcionamiento, se conservan los restos de dos singulares salinas de mortero de cal, que se construyeron al final del siglo XVII y se paralizaron un siglo después: Las Puntas (en El Golfo) y Temijiraque (cercanas al Puerto de la Estaca). Presentan un gran interés etnográfico y paisajístico por su adaptación a la topografía del lugar.

Entre los Bienes de Interés Cultural que se encuentran en la isla, destaca la zona arqueológica de El Julan, donde se localizan importantes vestigios de la cultura aborigen de El Hierro, los bimbaches.

La zona arqueológica incluye además restos de cabañas circulares y semicirculares de piedra, entre las que destaca la construcción conocida como 'tagoror', con supuesto uso como lugar de asambleas sociopolíticas, festivas o rituales, así como las aras de sacrificio.

 El yacimiento cuenta también con varios concheros en los que se amontonan caparazones de lapas, burgados y restos de peces, entre otros elementos. Estos concheros, relacionados con los recursos litorales de la isla del Hierro, ponen de manifiesto la práctica ancestral del marisqueo, que se relaciona tanto con los usos cotidianos como con eventos o celebraciones mágico-religiosos en la cultura bimbache.