Según el informe de El Estado de los Bosques del Mundo (2022) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) , la expansión agrícola sigue siendo la principal causa de deforestación y fragmentación del bosque y de la consecuente de biodiversidad. La FAO concluyó que, entre 2000 y 2018, casi el 90 % de la deforestación guardaba relación con la agricultura: el 52,3 % se derivaba de la ampliación de las tierras de cultivo y el 37,5 % restante de la ampliación de las tierras de pastoreo para el ganado. Aunque la mayoría de las materias primas asociadas a la deforestación y la degradación forestal se consumen a nivel local o regional, en la UE el consumo de productos con deforestación importada representa alrededor del 10 % del porcentaje global, según el informe El impacto del consumo de la UE en la deforestación , elaborado en el año 2013 por diversas organizaciones (VITO, IIASA, VIHA y UICN NL) y financiado por la Comisión Europea.
En este escenario, la Comisión Europea adoptó en julio de 2019 la Comunicación “Intensificar la actuación de la UE para proteger y restaurar los bosques del mundo” , llamada también “Comunicación sobre la Deforestación”. La comunicación tiene cinco prioridades principales:
· reducir la huella del consumo de la UE en la tierra y fomentar el consumo de la UE de productos de cadenas de suministro libres de deforestación;
· trabajar en asociación con los países productores para reducir las presiones sobre los bosques;
· fortalecer la cooperación internacional para detener la deforestación y la degradación forestal y fomentar la restauración de los bosques;
· redirigir las finanzas para apoyar prácticas de uso de la tierra más sostenibles;
· apoyar la disponibilidad y calidad de la información sobre los bosques y las cadenas de suministro de productos básicos, el acceso a esa información y apoyar la investigación y la innovación.
Por su parte, el Parlamento Europeo aprobó en octubre de 2020 la Resolución del Parlamento Europeo con recomendaciones destinadas a la Comisión sobre un marco jurídico de la Unión para detener e invertir la deforestación mundial impulsada por la Unión . Asimismo, la Comisión Europea lanzó en 2020 una evaluación de impacto sobre las medidas legislativas y no legislativas que se podrían adoptar para llevar a cabo los objetivos de la “Comunicación sobre la Deforestación”, que incluyó una consulta pública del 3 de septiembre al 10 de diciembre 2020.
Con los resultados obtenidos de la evaluación de impacto, de la evaluación del funcionamiento de los reglamentos de la madera (Reglamento FLEGT y Reglamento EUTR) y con las recomendaciones del Parlamento Europeo, la Comisión Europea elaboró una propuesta de reglamento. Dicha propuesta se presentó el 17 de noviembre de 2021: Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a la comercialización en el mercado de la Unión ya la exportación desde la Unión de determinadas materias primas y productos pertinentes asociados a la deforestación y la degradación forestal y por el que se deroga el Reglamento (UE) nº 995/2010 .
Tras las negociaciones entre el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo se aprobaron y se publicó el texto final en el DOUE el 9 de junio de 2023, entrando en vigor el 29 de junio de 2023: Reglamento (UE) 2023/1115 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 31 de mayo de 2023, relativo a la comercialización en el mercado de la Unión ya la exportación desde la Unión de determinadas materias primas y productos asociados a la deforestación y la degradación forestal, y por el que se deroga el Reglamento ( UE) n. 995/2010
Además de todos los antecedentes relacionados directamente con el desarrollo del nuevo Reglamento EUDR, también cabe destacar el trabajo realizado desde 2003 con la aprobación del Plan de Acción sobre aplicación de las leyes, gobernanza y comercio forestal (FLEGT, por sus siglas en inglés), que proponen diferentes medidas para luchar contra la problemática de la tala ilegal de madera y su comercio asociado. Entre las propuestas que recoge este plan de acción se encuentran la exigencia de requisitos de legalidad en las compras públicas verdes, el desarrollo de acuerdos bilaterales comerciales con países exportadores de madera y, en particular, las acciones legislativas que derivaron en la aprobación de los reglamentos FLEGT y EUTR .